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Una enfermera muestra una dosis de una vacunaEuropa Press

Descubren que la vacuna contra el herpes zóster protege durante décadas

Las conclusiones del ensayo muestran una eficacia del 79,7 % en los participantes de 50 años o más, después de 6 a 11 años tras la vacunación

El mundo sanitario ha dado un paso más en lo relacionado con la vacunación del herpes zóster. La empresa farmacéutica GSK, después de anunciar los datos positivos del ensayo ZOSTER-049, actualmente en fase III, ha comunicado que tras un largo seguimiento han descubierto que su vacuna Shingrix –dosis recombinante frente al virus o RZV– protege durante más de 10 años a los pacientes que se inoculan con ella.

Las conclusiones finales del ensayo muestran que esta vacuna mantiene su eficacia frente al herpes zóster durante más de una década en adultos mayores de 50 años. Los datos se presentarán en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID Global, anteriormente conocido como ECCMID), que se celebrará en Barcelona del 27 al 30 de abril.

El herpes zóster o culebrilla está causado por la reactivación del virus varicela zóster (VVZ), el mismo virus que provoca la varicela. A los 50 años, el VVZ está presente en la mayoría de los adultos, y puede reactivarse con la edad. En la edad adulta, el sistema inmunitario se debilita, aumentando la posibilidad de padecer herpes zóster.

Shingrix es una vacuna de subunidades recombinante, inactivada, indicada para la prevención del herpes zóster en adultos de 50 años o más. Este fármaco, que lleva años inoculándose, combina un antígeno, la glicoproteína E, y el sistema adyuvante AS01B, y puede ayudar a potenciar la respuesta inmunitaria frente al virus en los ciudadanos de este grupo de edad, los cuales presentan una disminución natural de la inmunidad relacionada con la edad.

Resultados del estudio

Según explican en el informe, los resultados que se obtuvieron tras vacunar a los participantes fueron asombrosos, ya que mostraron una eficacia del 79,7 % en los participantes de 50 años o más, después de seis a 11 años tras la vacunación.

En este sentido, el doctor Javier Díez-Domingo, investigador principal y miembro de FISABIO, ha comentado que estos datos finales demuestran una «protección continua durante más de una década», manteniéndose su eficacia en niveles altos tanto en el grupo de edad de mayores de 50 como en el de mayores de 70.

Al hilo, ha explicado que las enfermedades infecciosas como el herpes zóster suponen «un riesgo significativo para los adultos» debido al «deterioro natural de nuestro sistema inmunitario». Estos datos representan «un gran avance en nuestra comprensión» de lo que puede conseguirse a largo plazo en la protección frente a este virus tan común.

Asimismo, Philip Dormitzer, vicepresidente Senior y jefa de I+D de Vacunas de GSK, ha afirmado que estos datos trascienden los resultados de los tradicionales ensayos de seguimiento, ya que permiten seguir evaluando la eficacia de la vacunación en algunos participantes a medida que alcanzan los 70, 80 y 90 años. Así, ha relatado que la nueva vacuna está incluida «en numerosos programas nacionales de inmunización de todo el mundo».

Gracias a los ensayos y resultados obtenidos por parte de los científicos, estos datos se suman al conjunto de evidencia científica sobre la protección a largo plazo frente al herpes zóster. Además, ha asegurado, que generan «una mayor confianza de cara a informar sobre las estrategias públicas de vacunación».

¿Debo procuparme de este virus?

A nivel mundial, el herpes zóster afectará a una de cada tres personas a lo largo de su vida. Son varios los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar herpes zóster, como por ejemplo el tener edad avanzada y/o presentar situaciones de inmunodeficiencia o inmunosupresión, así como otras afecciones crónicas como EPOC, diabetes y asma.

Este virus generalmente se presenta como una erupción en la piel con ampollas dolorosas en el pecho, el abdomen o la cara. El dolor a menudo se describe como agudo, punzante, con sensación de ardor o similar a una descarga eléctrica. Después de la erupción, hasta el 30 % de las personas experimentan neuralgia posherpética, un dolor neuropático que puede durar semanas o meses y, en ocasiones, puede persistir durante varios años.