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Un médico toma un suero de AstraZeneca en el centro de vacunación que se instaló en el WiZink Center de MadridGTRES

AstraZeneca admite que sus vacunas contra la covid pueden causar efectos secundarios poco comunes

Más de 50 familias afectadas han pedido al Tribunal Superior que la empresa pague 100 millones de euros por daños y perjuicios

Hace cuatro años que el coronavirus, el que en aquel momento era un patógeno desconocido, comenzó a propagarse por todo el mundo. Para tratar de minimizar los efectos, varios laboratorios empezaron a desarrollar vacunas. A finales del 2020 había tres disponibles. Moderna, AstraZeneca, y Pfizer habían conseguido en menos de un año crear dosis para salvar la vida de los pacientes. A medida que se iban analizando las inoculaciones, los científicos vieron que existían efectos secundarios, pero ninguna farmacéutica comunicó signos graves o raros.

Cuatro años más tarde, AstraZeneca, que elaboró las dosis junto a la Universidad de Oxford, ha admitido por primera vez ante un tribunal británico que su vacuna contra la covid podría causar efectos secundarios raros y poco comunes. Además, ha asegurado que han causado la muerte y lesiones graves en decenas de casos. Tras sus declaraciones, según explica The Telegraph, el gigante farmacéutico está siendo demandado «por acción colectiva».

Hasta el momento, se han conocido varios casos que han afectado de manera significativa a varias familias, ya que tras la inoculación con AstraZeneca comenzaron a presentar trombosis con síndrome de trombocitopenia, una enfermedad que hace que la sangre comience a coagularse y las plaquetas comiencen a disminuir.

Debido a los efectos irreversibles que ha provocado la vacuna de la gran farmacéutica, más de 50 familias afectadas han pedido al Tribunal Superior que la empresa pague 100 millones de euros por daños y perjuicios.

A pesar de lo demandado, el periódico británico apunta que en 2023 AstraZeneca comunicó mediante una carta a los abogados de un hombre que sufrió una lesión cerebral tras la inoculación de una de las dosis de la farmacéutica, que «no era cierto» que su enfermedad hubiese surgido por la vacuna. Respuesta incongruente, ya que a principios de ese mismo año, la empresa asumió ante el Tribunal Superior que sus dosis causaban en raras ocasiones síntomas como la trombosis con síndrome de trombocitopenia.

A pesar de las investigaciones que se han llevado a cabo. AstraZeneca ha asegurado que, aunque existan, la eficacia de la vacuna superar con creces la posibilidad de sufrir signos segundarios de la misma.