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Salen a la luz dos nuevas opciones de tratamiento para pacientes con cáncer de hígado

Los dos antídotos contra las neoplasias malignas de hígado son anticuerpos monoclonales humanos

Se han retirado las vacunas contra el coronavirus, pero AstraZeneca sigue trabajando en la innovación y en el desarrollo. La farmacéutica ha sacado a la luz dos nuevas opciones de tratamiento para los pacientes con cáncer de hígado, uno de los tumores más graves en la actualidad. Concretamente en el hepatocarcinoma –un tumor maligno originado en este órgano– y en las vías biliares. Ambos fármacos, ya están disponibles. De hecho, son dos de los que el Ministerio de Sanidad ordenó financiar.

Se trata, según explica la compañía, del Imfinzi, un fármaco compuesto por durvalumab, gemcitabina y cisplatino (gem-cis) seguido de durvalumab en monoterapia. Este se usa para el tratamiento en primera línea de adultos con cáncer de vías biliares irresecable o metastásico.

Por otro lado, está el nuevo régimen Tremelimumab único intervalo regular Durvaluma (STRIDE) una terapia en la que se inocula una única dosis del medicamento Imjudo, que contiene tremelimumab y durvalumab, seguido de durvalumab en monoterapia para el tratamiento de primera línea de adultos con carcinoma hepatocelular avanzado o irresecable.

Los dos antídotos contra las neoplasias malignas de hígado son anticuerpos monoclonales humanos –proteínas del sistema inmunitario que se crean en el laboratorio–.

Siguiendo los datos del laboratorio que explican su funcionamiento, Durvalumab se une a la proteína PD-L1 y bloquea su interacción con las proteínas PD-1 y CD80, contrarrestando las tácticas de evasión inmunitaria del tumor y liberando la inhibición de las respuestas inmunitarias. Por su parte, tremelimumab es un anticuerpo monoclonal humano de tipo inmunoglobulina G2 (IgG2a) contra el antígeno cuatro de los linfocitos T citotóxicos (CTLA-4).

Cómo resopndieron estos fármacos

Los resultados actualizados del ensayo de fase III TOPAZ-1 mostraron que el medicamento Imfinzi, compuesto por durvalumab, gemcitabina y cisplatino de AstraZeneca, combinado con el tratamiento de quimioterapia estándar, tuvo un beneficio clínicamente significativo en la supervivencia global a largo plazo.

Asimismo, el ensayo alcanzó algo inédito. Cuando pasaron más de tres años, las pruebas analizadas mostraron que el tratamiento, al que ya se le había sumado la quimioterapia, redujo un 26 % el riesgo relativo de muerte, frente a la quimioterapia en monoterapia. Más del doble de los pacientes tratados con la terapia basada en la inmunoterapia seguían vivos a los tres años en comparación con los tratados solo con quimioterapia (14,6 % frente a 6,9 %).

El caso del régimen STRIDE fue similar. Después de 17 meses adicionales de seguimiento del análisis primario, este medicamento creado por AstraZeneca demostró un beneficio sostenido en la supervivencia global, en comparación con sorafenib, un fármaco aprobado por la EMA para tratar estos tipos de tumores.

El pronóstico del carcinoma hepatocelular avanzado es adverso, puesto que solo el 3,3 % de los pacientes con esta neoplasia maligna tiene una tasa de supervivencia de cinco años o mayor. Situación crítica para aquellos que tienen esta enfermedad.

Sin embargo, tras el estudio a los pacientes que habían participado en la terapia, vieron que el 25,2 % de ellos seguía con vida los cuatro años siguientes de iniciar la medicación. Datos reveladores, ya que de los que habían tomado sorafenib solo un 15,1 % sobrevivió. Hasta la actualidad, en el tratamiento del hepatocarcinoma ninguna opción terapéutica había demostrado este beneficio de supervivencia a cuatro años,