El mutualismo administrativo, a debate: «No se puede dejar morir el modelo, supondría la debacle del Sistema Nacional de Salud»
El Debate ha organizado una mesa para analizar la situación de Muface con Julián Gª Vargas, exministro de Sanidad; Mª Carmen Espejo, representante de CSIF; Enrique de Porres, CEO de Asisa; y Virginia Izura, vicesecretaria de la OMC
El mutualismo administrativo vuelve a estar en el candelero una vez más. Este modelo está representado en España principalmente por Muface (Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado), pero también por Isfas (Instituto Social de las Fuerzas Armadas) y Mugeju (Mutualidad General Judicial) y se ideó en los años 60 y 70 para unificar el panorama mutualista de los funcionarios, ya que existían unas 65 mutualidades diferentes. Una fórmula que, entre otras cosas, garantiza a adscritos y beneficiarios la asistencia médica a través de tres aseguradoras: Asisa, Adeslas y DKV.
En 2008, coincidiendo con la crisis económica, comenzó a hablarse de la quiebra de Muface debido al progresivo envejecimiento de los funcionarios, pero el sistema se ha mantenido hasta nuestros días a las puertas de la negociación de un nuevo concierto en los próximos meses.
A todo esto hay que añadir un nuevo factor: el Ministerio de Sanidad ha cambiado de manos en esta nueva legislatura y el partido que lo ostenta, Sumar, de la mano de Mónica García, llevaba en su programa electoral la disolución del mutualismo administrativo y la inclusión dentro del Sistema Nacional de Salud de todas las personas que reciben prestación sanitaria bajo los servicios de Muface, Isfas y Mugeju.
Para abordar este tema complejo, El Debate ha organizado este miércoles una mesa que ha contado con la presencia de varias partes implicadas: por una lado, Julián García Vargas, que fue ministro de Sanidad y Consumo entre 1986 y 1991 bajo el mandato de Felipe González; Mari Carmen Espejo, representante del sindicato CSIF en el Consejo General de Muface; Enrique de Porres, Consejero Delegado de Asisa; y Virginia Izura, vicesecretaria del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y médico especialista en Neurofisiología.
García Vargas, que no ha podido asistir de manera presencial debido a problemas de salud, ha comenzado el coloquio destacando que durante su mandato, que comenzó en julio de 1986, distintos grupos ya argumentaban que mantener una entidad como Muface no tenía sentido en el contexto del nuevo sistema sanitario, que protegía al 93 % de la población, y rechazaban algunas ventajas de los funcionarios por ser contrarios a la equidad. Opina que el mayor problema actual del sistema es la poca coordinación con el Sistema Nacional de Salud. «No es lógico el escaso interés del Ministerio de Sanidad y que las mutualidades sigan dependiendo exclusivamente de los departamentos de Hacienda, Justicia y Defensa. Muface sigue sin verse como una alternativa de refuerzo del Sistema Nacional de Salud en asuntos evidentes como las listas de espera o los enfermos crónicos», ha destacado.
Enrique de Porres ha querido subrayar que si el mutualismo administrativo ha llegado hasta nuestros días «es precisamente consecuencia de la intervención de García Vargas», que llevó a cabo «el primer intento de hacer viable financieramente el modelo del mutualismo administrativo». El CEO de Asisa ha subrayado que el concierto está entre el 40 y el 50 % por debajo que la financiación del sistema de gestión directa del Servicio Nacional de Salud, «con el agravante de que se nos exige, desde el punto de vista de cobertura, no solo la cobertura general del modelo del SNS, sino incluso coberturas que solo hay en determinados servicios de salud».
Para Virginia Izura, la sostenibilidad misma del sistema se encuentra a debate y cree que la posibilidad de absorber a los mutualistas por parte del Sistema Nacional de Salud «puede provocar una debacle del sistema sanitario». «Si cada vez tenemos más listas de espera en la sanidad pública, que todos defendemos, incorporar a los mutualistas sería inviable, por lo que ambos modelos deben coexistir», opina.
Desde el CSIF, Mari Carmen Espejo asegura que es «totalmente necesaria la prestación que realiza Muface de asistencia sanitaria a todo el funcionariado». El sindicato ya avisó esta semana del descenso de los mutualistas adscritos al concierto sanitario de Muface, que baja por primera vez del 70 %. Algo que se debe, según Espejo, a que los cuadros médicos «se han ido recortando» porque la financiación «cada vez va siendo más baja, lo cual va en detrimento del servicio».
Un mayor compromiso del Gobierno
«Estamos subvencionando a la administración pública desde hace bastantes años». Así de tajante se ha mostrado De Porres a la pregunta de si las aseguradoras pierden dinero con el concierto. «Aquí no estamos hablando de asistencia sanitaria privada, sino de asistencia sanitaria pública gestionada por el sector privado», ha matizado. Algo que los funcionarios aprecian, pues «cuando tienen la oportunidad de elegir todos los años quién le presta la asistencia, eligen por amplia mayoría la prestación de gestión privada».
Espejo ha reclamado que lo que hace falta es «un mayor compromiso por parte de este gobierno y una mayor inversión en el modelo del mutualismo administrativo, que sirve para hacer que todo el Sistema Nacional de Salud funcione». Apunta, además, que hay «un ahorro del gasto público con esta sanidad concertada que repercute en la sostenibilidad del sistema sanitario en su conjunto».
Una mayor inversión en el concierto es algo necesario para la doctora Izura, que cree que ahora mismo «hay un envejecimiento de la población que afecta también a los mutualistas» y que condicionará los próximos años, por lo que ha demandado «un incremento de la financiación tanto de la pública como del mutualismo».
En respuesta a por qué los funcionarios siguen escogiendo mayoritariamente la opción de la concertada, todos los asistentes coinciden en que es debido a la libertad de poder escoger médico y acudir directamente a los especialistas sin necesidad de pasar por un médico de cabecera. De la misma manera, la sanidad pública cuenta ahora mismo con unas largas listas de espera, que son menores en la concertada.
Retos y desafíos del mutualismo
A las puertas de una nueva negociación entre el Estado y las aseguradoras, los asistentes aseguran que el mayor desafío al que se enfrenta el modelo es a la supervivencia del mismo. «Lo primero que hace falta es que se asuma que tener modelos alternativos de gestión concertada es importante para la propia evolución del modelo público», comenta De Porres, para lo que hace falta «una financiación correcta y una revisión de los criterios de adscripción». Lo justifica, en parte, debido al envejecimiento del colectivo, lo que conlleva unos gastos sanitarios más altos que deben de ir acompañados de una mayor financiación.
Izura cree que es «absolutamente primordial» que se mantenga el modelo, pero también abordar retos, como que los pacientes accedan a los especialistas de manera controlada mediante el incremento de la educación sanitaria, así como cambiar el modelo de organización de la asistencia sanitaria, tanto la mutualista como como la del sistema público porque, de lo contrario, «no subsistirán ninguno de los dos».
Desde el CSIF, Espejo subraya que el mayor reto pasa por la política: «Mientras que haya partidos políticos que consideren que lo que hay que hacer es terminar con el modelo del mutualismo administrativo, tenemos un serio problema». Asimismo, cree necesario que se establezca una fórmula con la que poder revisar los conciertos en función de otra serie de factores que intervienen en la prestación del servicio sanitario «para que no se vea afectado el servicio que se presta».
Muerte del modelo «por inanición»
Ante la pregunta de si el actual gobierno de coalición podría hacer efectivo el desmantelamiento de Muface, Isfas y Mugeju, de manera que sus miembros pasarían al SNS, los intervinientes no lo ven probable. «Esa posibilidad está ahí, pero entendemos que con un gobierno en el que sigue siendo mayoritario un partido como el PSOE, que tiene experiencia suficiente y que conoce perfectamente los problemas que se pueden dar en la sanidad española con medidas de este calado, esto no va a ocurrir», ha expresado el CEO de Asisa. Algo en lo que coinciden desde CSIF, que consideran que, a pesar de constar en el programa electoral de Sumar, este punto no se incluyó en el pacto de coalición con el PSOE, por lo que descartan que ocurra en esta legislatura.
No obstante, abren la puerta a que el sistema muera «por inanición», es decir, debido a que la financiación siga siendo insuficiente. Tal y como recuerda Porres, Adeslas y DKV ya amenazaron en anteriores ocasiones con abandonar el concierto, lo cual generaría la caída del modelo, ya que Asisa –que nació con la vocación de proveer a este modelo– no podría hacerse cargo en solitario del déficit de las tres compañías.