Fundado en 1910

La directora del Comisionado de Salud Mental, Belén GonzálezEuropa Press

Sanidad quiere «más asociaciones feministas en lugar de sertralina», o «un sindicato en lugar de Lorazepam»

España es el segundo país europeo que más ansiolíticos consume por detrás de Portugal, y el cuarto en consumo de antidepresivos

Los miembros del Ministerio de Sanidad no dejan de sorprendernos con ideas un tanto pintorescas. Acostumbrados estamos ya a que su titular, Mónica García, tenga salidas de tono o utilice su posición para atacar a su excontrincante en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que nunca ha podido ganar en las urnas.

En esta ocasión ha sido Belén González, comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, la que ha sacado los pies del tiesto. González compareció este jueves ante la Comisión de Sanidad del Congreso, donde ha desgranado sus proyectos y ha anunciado un nuevo plan de acción 2025-2027 que conllevará cofinanciación a las comunidades autónomas, con el fin de reducir la prescripción de psicofármacos en España, entre otros aspectos.

Pero también ha tenido unas declaraciones polémicas. González ha apuntado que sus intenciones residen en poder prescribir, por ejemplo, «grupos de deporte en lugar de rubifén, asociaciones feministas en lugar de sertralina, o un sindicato en lugar de Lorazepam». Además, se va a crear una mesa estable con la Dirección General de Servicios Sociales, a la que se irán incorporando más miembros para estudiar la manera de llevar a cabo esta iniciativa.

En los últimos años se ha ido produciendo una tendencia hacia la medicalización de los problemas sociales, una situación que genera dos consecuencias, según la comisionada, la primera, el incremento de demanda en el sistema sanitario, lo que explica parcialmente el aumento desmesurado en las listas de espera; la segunda, los problemas que se derivan de intentar resolver con herramientas sanitarias lo que son problemas sociales.

España es el segundo país europeo que más ansiolíticos consume por detrás de Portugal, y el cuarto en consumo de antidepresivos. Las prescripciones no han dejado de aumentar desde que hay registros. Este aumento es especialmente preocupante en la población joven. Entre los 20-24 años, el consumo de antidepresivos ha aumentado un 52 por ciento desde 2017, un 40,4 por ciento entre los jóvenes de 25-29 años.

«Por ello, desde este Comisionado vamos a impulsar un plan integral para la deprescripción de psicofármacos y para la mejora del uso de psicofármacos dirigida tanto a los equipos de Atención Primaria, de la red de salud mental especializada y con información que empodere a la población general. Vamos a crear materiales formativos a disposición de los clínicos, como guías clínicas y cursos, y vamos a promover la prescripción social como alternativa», ha advertido.

La comisionada también ha explicado que se ha iniciado un proyecto para reconocer y registrar todo el sufrimiento psíquico derivado del trabajo. Un proyecto en el que va a participar un grupo multidisciplinar de expertos que incluye desde filósofos a inspectoras de trabajo, pasando por sociólogas, psiquiatras, médicas de familia y enfermeras. «El trabajo cada vez es más difícil, más intenso, más rápido y más precario. Y cada vez hace más daño. Es una responsabilidad como Gobierno que tomemos cartas en un asunto que ya es un problema de salud pública», ha señalado.

En España, a pesar de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo, no se reconoce ningún trastorno mental directamente ligado al trabajo o a las condiciones laborales. La intención del Ministerio de Sanidad es, en primer lugar, establecer un marco común para la detección y reconocimiento del sufrimiento psíquico derivado del trabajo como primer paso para su registro, seguimiento y en última instancia, para poder señalar las condiciones laborales que nos están haciendo enfermar.