La promotora de Taylor Swift relegó a las personas con movilidad reducida a sitios de escasa visibilidad

Los pasados 29 y 30 de mayo Madrid se llenó de lentejuelas. The Eras Tour, la gira de la artista Taylor Swift, había llegado a la capital. Los días previos al «evento del año», las inmediaciones del Santiago Bernabéu estaban llenas de swifties –las fans de la cantautora norteamericana–. Muchas de ellas hicieron largas colas para poder ver a «su diosa». Sin embargo, no todas tuvieron esa suerte. Fue el caso de Laura, una joven con movilidad reducida que el pasado mes de julio decidió comprar dos entradas para «el concierto de su vida».

El problema comenzó cuando salieron a la venta las entradas. Ella no pudo seguir el mismo proceso que el resto de jóvenes. Tuvo que llamar a un teléfono para comprarlas, puesto que la web no le permitió acceder a los asientos. Se le habían seleccionado automáticamente por tener una discapacidad. «Para lo que es Taylor fueron baratas, 80 euros cada una», explica a El Debate. Pero es que, prosigue, «yo no elegí pagar eso. Se nos impuso».

La burgalesa compró las entradas y cuando le llegaron al correo comprendió por qué eran tan baratas. Tanto su entrada como la de su acompañante eran de visión «parcialmente obstruida». Para su sorpresa, la cosa solo empeoró. Aunque el escenario se veía bien porque era «enorme», al llegar al lugar que le asignaron vio que estaba debajo de unas gradas. «Nos perdimos mucha parte del show», relata, pues «solo le veíamos la cara a Taylor cuando se agachaba».

La perjudicada comenta al medio que al venderle las entradas no le avisaron de que eran de «visión obstruida». Es más, esta situación incumple la Ley 15/2022, de 12 de julio, Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación, la cual relata que ninguna persona podrá ser discriminada por razón de religión, opiniones políticas o discapacidad, entre otras, en el disfrute de los espectáculos públicos.

Asimismo, apunta, este lunes ha interpuesto varias denuncias contra el Santiago Bernabéu. Lo han hecho en la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid, la cual se encarga de inspeccionar locales de ocio y establecimientos públicos para verificar que cumplen la normativa en materia de accesibilidad universal, así como el Real Decreto mencionado anteriormente. Además, asevera, lo mismo han hecho en el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).

«Sé que los asientos con visión obstruida no son solo los de movilidad reducida», comenta, pero lo que es indignante es que «sean esos los que se reserven para quien no puede elegir». Las personas de movilidad reducida solo pueden optar a esos asientos. Enfadada con la situación, declara que está «harta» de que se les trate como «a ciudadanos de segunda, también en el ocio y la cultura».

La joven no es la única que ejecuta esta denuncia, sino que lo hace en nombre de todas las personas con movilidad reducida «que se ven especialmente afectadas por este concierto en particular». Además, aclara que son muchas las fans que le han hablado para sumarse a la causa, denunciar el trato que reciben y luchar y hacer ruido para que esto no se produzca más.