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19 de septiembre de 2024

Patatas fritas sabor jamón

Patatas fritas sabor jamónFreepik

Adiós a las patatas sabor jamón: la UE obliga a retirarlas por posibles riesgos para la salud

Da cinco años de plazo a los fabricantes para sustituirlas por otras que no contengan ingredientes perjudiciales para la salud

¿Aquién no le gusta picar unas patatas fritas mientras se toma un refresco o una cerveza? Esta práctica, que se multiplica en verano debido al aumento de la vida social y a que el buen tiempo y las vacaciones empujan a ello, podría tener las horas contadas para algún tipo de apetitivo.

A finales del año pasado, una investigación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reveló que ocho aromas de humo artificiales, utilizados en diversos productos alimenticios, podrían representar serios riesgos de genotoxicidad. Estos compuestos tienen el potencial de dañar el material genético de las células, aumentando significativamente el riesgo de cáncer y enfermedades hereditarias.

Por ello, el pasado 24 de abril, la Comisión Europea votó a favor de prohibir la producción y comercialización de estos aromas de humo artificiales en toda Europa. Esta medida afectará a numerosos productos habituales en el mercado, aunque para facilitar esta transición los europarlamentarios han otorgado a las empresas un plazo de cinco años para eliminar completamente estos compuestos.

Entre los productos más afectados por esta prohibición se encuentran los snacks salados, como las patatas fritas con sabor a jamón, así como ciertas salsas, como la barbacoa. Otros productos en esta categoría incluyen sopas listas para consumir y ciertos productos cárnicos, como salchichas y beicon. Además, productos como jamones, embutidos, pescados y quesos deberán modificar sus métodos de producción dentro de este periodo.

Aquellos alimentos elaborados con métodos tradicionales de ahumado, sin embargo, no estarán sujetos a estas nuevas regulaciones. El ahumado tradicional no solo potencia el sabor de los alimentos, sino que también contribuye a su conservación.

La eliminación de estos aromas de humo artificiales supone un desafío significativo para la industria alimentaria, que deberá buscar alternativas seguras y viables para mantener la calidad y el sabor de sus productos.

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