'Gibraltar Español' o 'Super Mario Bros': estas son las ocho calles con los nombres más curiosos de España
Ocho nombres de calles por España llenos de sorpresas
Desde pequeñas poblaciones hasta grandes ciudades, España no solo alberga una rica historia y cultura, sino también una variedad de nombres de calles que cuentan historias por sí mismas. Al recorrerlas, nos encontramos con denominaciones que van desde lo pintoresco hasta lo inesperado, reflejando tradiciones locales, personajes históricos y anécdotas fascinantes. Estos son los nombres de calles más curiosos que hay en España.
Calle Me falta un tornillo
En Arroyo de la Encomienda, en Valladolid, la calle Me falta un tornillo destaca por su nombre peculiar, cuyo origen es tan curioso como la propia denominación. Éste surgió cuando, ante la apertura de una tienda Ikea, los ciudadanos, con su característico sentido del humor, votaron a través de Facebook para elegir un nombre que hiciera referencia al famoso establecimiento sueco. Con un 54,3 % de los votos, «Me falta un tornillo» superó a otras opciones como «Como en casa, nada» y «Calle del abrazo en el sofá». Este nombre se convirtió en el oficial tras ser aprobado por el Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda, donde se encuentra la tienda desde 2002.
Calle Gibraltar español
La calle Gibraltar español es singular, pero no exclusiva, ya que al menos siete localidades en Cádiz, Almería, Jaén, Ciudad Real, Murcia y Toledo también cuentan con una calle con ese nombre. Una de las historias más notables proviene de Torrijos, en Toledo, donde esta calle sustituyó a otra con un nombre igualmente inusual. Los habitantes del lugar recuerdan que, en el pasado, la calle se conocía como «Cantarranas» antes de ser renombrada a «Gibraltar Español».
Avenida Super Mario Bros
En el barrio de Arcosur de Zaragoza, que sigue en construcción, no solo existe la avenida Super Mario Bros, sino que han bautizado a varias calles de la zona con nombres de icónicos videojuegos, como la calle «Fantasía final» o «Príncipe de Persia», entre varias más.
Calle Catahuevos
Ureña, en Valladolid, destaca por su perímetro amurallado excepcionalmente bien conservado, que da a los visitantes la impresión de estar en una ciudad medieval en miniatura. Reconocida como Conjunto Histórico-Artístico, su callejero cuenta con nombres que rememoran épocas pasadas, como puede ser la calle Catahuevos. La placa en esta calle explica: «Lugar donde los recoveros comprobaban la frescura de los huevos colocándolos en el hueco del ojo y mirándolos a la luz del sol».
Calle Válgame Dios
En el centro del barrio de Chueca en Madrid, la calle Válgame Dios recibe un nombre que evoca una plegaria urgente. La historia que hay detrás tien su origen en un viejo convento, donde las monjas exclamaron esta frase tras un suceso dramático. Una noche, dos hombres solicitaron la ayuda de un fraile del convento de San Francisco el Grande para asistir a una persona moribunda en un barranco aislado. Al llegar, el fraile y su acompañante encontraron a una mujer y su hijo pidiendo ayuda, justo antes de que los hombres que los acompañaban intentaran matar a la mujer para redimir sus pecados. El fraile y su compañero, asombrados, confrontaron a los agresores. Desde entonces, la calle ha sido conocida como «Válgame Dios». Está algo oculta, ubicada entre las calles Augusto Figueroa y Gravina.
Calle Cortarrabos
En Zamora, la calle Cortarrabos, una de las más antiguas de la ciudad, lleva junto a la calle Quebrantahuesos un nombre que refleja las actividades comerciales históricas de la zona. Durante el reinado de Carlos III, ambas calles eran conocidas por albergar a trabajadores dedicados al negocio de la carne, y sus nombres remiten a estos oficios específicos de la época.
Calle Abrazamozas
También en Zamora, la calle Abrazamozas, actualmente llamada calle Valdés Leal, tiene su origen en el siglo XVI. En aquel entonces, era un lugar frecuentado por jóvenes en busca de romances con damas. Según la leyenda local, un joven en particular se hizo conocido por ocultarse en la penumbra para sorprender con abrazos a cualquier dama desprevenida que caminara sola. Esta historia ha sido transmitida a lo largo del tiempo y se ha convertido en una leyenda emblemática del lugar.
Calle Sal si puedes
La calle Salsipuedes aparece en varias ciudades españolas, como Madrid, Pamplona, Jaén y Cudillero. En Pamplona, destaca por ser una de las calles más cortas del país, ubicada en la Plaza de San José y adyacente a la catedral de la capital navarra. Este diminuto callejón sin salida colinda con el convento de las Carmelitas Descalzas, que viven en clausura. El nombre «Salsipuedes» sugiere un camino complicado o difícil de atravesar, posiblemente haciendo alusión a los antiguos callejones estrechos y enrevesados que podían resultar difíciles de transitar para los forasteros.