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El drama de los españoles atrapados 30 horas en el aeropuerto luso de Madeira y durmiendo en el suelo

Las niñas tuvieron que dormir en colchonetas en el suelo, creando una barrera con sus maletas para proteger sus enseres personales

Susana Clavel, de 56 años, y sus hijas Sandra y María Barbal, de 21 y 26 años, consiguieron salir este lunes de la isla de Madeira (Portugal), donde estuvieron atrapadas durante 30 horas en el aeropuerto durmiendo en el suelo, debido a las cancelaciones de vuelos por el viento.

Las tres llegaron hoy a las 17.30 hora local (16.30 hora GMT) al aeropuerto de Lisboa, desde donde viajarán mañana a Barcelona para regresar a casa.

«Teníamos que salir el día 18 (de agosto), hemos estado 30 horas en el aeropuerto de Madeira, hemos dormido allí porque no había ningún hotel», dijo a EFE Clavel, ama de casa.

Sus hijas precisaron que tuvieron que dormir en colchonetas en el suelo del aeropuerto de Funchal, capital de la región autónoma lusa de Madeira, creando una barrera con sus maletas para proteger sus enseres personales.

Su aerolínea les ha reubicado de forma gratuita en el vuelo a Lisboa y en el de mañana a Barcelona, y les reembolsará la noche de hotel de hoy en la capital lusa y las consumiciones de estos días de espera.

Un número indeterminado de españoles continúa varado en el aeropuerto de Madeira por los fuertes vientos de los últimos días, que llevaron a la cancelación de más de 60 vuelos el domingo.

Quien no ha podido salir aún de la isla es Irina Popescu, una rumana residente en Valencia (España), que lleva atrapada desde el sábado con su pareja, al no haber podido tomar el vuelo que tenían previsto para ese día.

En su caso, la aerolínea no les ha facilitado alojamiento y solo les ofrece salir el 27 de agosto.

«El (vuelo) original estaba para el día 17 y nos dieron un vuelo para el día 27 o apuntarnos en una lista de espera para hoy que no era viable, porque creo que había 20 personas apuntadas y había 5 plazas», explicó Popescu a EFE.

Su odisea comenzó el sábado, cuando se presentaron en el aeropuerto sin saber que su vuelo a Oporto (Portugal) había sido cancelado por los fuertes vientos. Su intención era viajar a esa ciudad portuguesa y allí tomar otro vuelo para regresar a Valencia.

Al ver que no podrían partir hasta el día 27 de Funchal, optaron por comprar un billete con otra aerolínea para este jueves.

Su objetivo no es solo volver a casa, sino reencontrarse con su hija de 14 años, que está quedándose con una amiga.

Popescu no solo ha perdido estos dos vuelos, sino también un tercero hacia Bucarest este lunes, que tenía previsto tomar con su hija.

Entretanto, han pasado una noche en un hotel en Madeira, el único que encontraron disponible, que les costó 130 euros la noche, y el resto de días se quedan en un alojamiento que han encontrado en la plataforma Airbnb, junto a una pareja de españoles para abaratar costes.

Popescu se quejó de que la aerolínea que tenían contratada para su vuelta, Ryanair, solamente les ha indicado el sitio web en el que reclamar su caso, sin garantizar que puedan recuperar el dinero gastado en estos tres días, que asciende a unos 800 euros, entre alimentación, hoteles y transporte.

Su primera experiencia en Madeira quedará marcada no solo por esta cancelación, sino también por el gran incendio que asuela la isla, la mayor del archipiélago, desde hace varios días. La ceniza originada por este fuego impregna el ambiente hasta el punto de que se la han encontrado en su comida y en el pelo.

La pareja con la que se están alojando, que pide no ser identificada, son dos veinteañeros vigueses que iban a subir a ese mismo vuelo de Ryanair del sábado.

Ellos han tenido más suerte, ya que la aerolínea les ha reubicado en un vuelo que saldrá hacia Oporto la próxima madrugada, dijeron a EFE.

Allí les espera el coche que dejaron aparcado en la ida, que usarán para volver a Galicia (España).