Los médicos rechazan que las enfermeras puedan recetar fármacos para las infecciones de orina

El pasado 19 de agosto, se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Resolución de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud, por la que se valida la Guía para la indicación, uso y autorización de recetas de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras para infecciones de tracto urinario inferior no complicada en mujeres adultas.

Ante esta noticia, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) ha expresado su rechazo porque considera que la prescripción de medicamentos es «un acto médico» que requiere «un alto grado de responsabilidad y formación».

Así, han asegurado que este acto no solo implica la elección del fármaco adecuado, sino que es «el resultado final» de un proceso que se inicia «con la anamnesis o exploración física y la realización de pruebas clínicas, que continúa con un planteamiento diagnóstico y finalmente con un plan de manejo terapéutico». Además, aseveran que este proceso se debe comprender como un «continuum clínico-asistencial», donde cada paso se entiende como «parte integrante de un todo» y no pueden ser separados los unos de los otros.

Por otro lado, han afirmado que este proceso asistencial es y debe seguir siendo «responsabilidad exclusiva del profesional médico», siendo este el único profesional que posee «las competencias clínicas adecuadas para realizar esta función con calidad y seguridad, devenidas de su formación universitaria y de postgrado».

Entre estas competencias, han apuntado los facultativos de la Sociedad, los médicos reciben «una formación exhaustiva en Farmacología», lo que les permite comprender de manera integral «los efectos de los fármacos, sus interacciones y las posibles complicaciones». Sin embargo, un elevado porcentaje de los planes formativos de Enfermería «no incluye la Farmacología».

Por todo esto, han añadido, Semergen considera que la seguridad del paciente y la calidad del servicio sanitario deben ser «la prioridad al considerar cualquier cambio en las competencias de prescripción dentro del sistema de salud».

Asimismo, han reconocido «el valioso trabajo» que desempeñan «los profesionales de enfermería en el sistema sanitario», pero han querido recalcar su preocupación ante la ampliación de las competencias de recetas de medicamentos a profesionales no médicos, puesto que esto podría tener «implicaciones en la seguridad del paciente». Ejemplo de ello son las infecciones de orina, donde el diagnóstico diferencial por parte del médico especialista y la selección adecuada de antibióticos es «crucial para evitar su uso innecesario».