¿Por qué la viruela del mono se llama ahora mpox?

El 14 de agosto de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia de salud pública de importancia internacional debido al brote de viruela del mono. Desde entonces, la enfermedad ha acaparado numerosos titulares, como «Así se prepara España ante el virus de la viruela del mono» o «¿Sirve de algo declarar la emergencia internacional por la viruela del mono?». Sin embargo, el término «viruela del mono» es anticuado y utilizado incorrectamente por muchos medios de comunicación.

El 28 de noviembre de 2022, en respuesta al brote en Europa, la OMS renombró la viruela del mono como mpox, abreviatura del nombre original en inglés (monkeypox). Este cambio se anunció en un comunicado de prensa en el que se explicaba que el término anterior se utilizaría simultáneamente durante un año para facilitar la transición al nuevo nombre, como reflejó el diario El Mundo. La decisión de cambiar el nombre tenía como objetivo eliminar asociaciones racistas vinculadas al término, ya que «mono» se utiliza a menudo como insulto racista, especialmente en el ámbito del fútbol.

Un error común es creer que la viruela del mono se originó en África, pero en realidad, este virus fue identificado por primera vez en Europa, concretamente en Dinamarca, en 1958, en una instalación de investigación que albergaba monos. Sin embargo, el primer caso en humanos se detectó en 1970 en la República Democrática del Congo, en un niño de nueve años. Aunque África ha reportado el mayor número de casos, el virus ya había llegado a países occidentales antes, a través de viajes internacionales y la importación de animales exóticos. En 2003, se confirmaron casos de viruela símica en Estados Unidos, siendo la primera vez que la enfermedad se detectaba fuera de África, según la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La OMS ya había enfrentado desafíos similares con la nomenclatura durante la pandemia de COVID-19, cuando se optó por usar letras del alfabeto griego para nombrar las variantes del virus, con el fin de evitar estigmatizar a países o regiones donde se detectaron inicialmente. Este enfoque se adoptó para facilitar la comunicación y evitar que los nombres científicos complicados contribuyeran a la discriminación.

En resumen, la OMS ha adoptado un enfoque proactivo para la nomenclatura de enfermedades, buscando no solo facilitar la comprensión pública, sino también prevenir la estigmatización de comunidades o regiones asociadas con los nombres de estas enfermedades.