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19 de septiembre de 2024

El supervelero Bayesian, en una imagen de archivo

El supervelero Bayesian, en una imagen de archivoEFE

El capitán del velero hundido en Sicilia opta por no responder a las preguntas de la Fiscalía

La Justicia no descarta ninguna hipótesis, entre ellas la posibilidad de que hubiera habido un retraso en darse la alarma

El capitán del velero de lujo 'Bayesian', investigado por la Justicia italiana por el naufragio de la embarcación ante la costa de Sicilia en el que murieron siete personas, se acogió este martes al derecho a no responder en una comparecencia para ser interrogado ante la Fiscalía, según informaron medios locales.

El capitán, el neozelandés James Cutfield, compareció en un interrogatorio donde los fiscales leyeron los cargos en su contra por el hundimiento del velero el 19 de agosto, por el cual es investigado. En esta tragedia murieron, entre otros, el magnate británico Mike Lynch y el presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer.

De acuerdo con la cadena pública italiana Rai, la Fiscalía de Termini Imerese, en la isla de Sicilia, centra especialmente su atención en el papel de Cutfield y el capitán adjunto, Tijs Koopman.

Además de Cutfield, ayer se imputó también al primer oficial de máquina, Tim Parker Eaton, bajo la acusación de no haber activado los sistemas de seguridad diseñados para cerrar las escotillas del barco a pesar del aviso de que llegaba una tormenta, lo que habría provocado la inundación de la sala de máquinas.

La Fiscalía no descarta imputar a más personas y afirma no excluir ninguna hipótesis detrás de la tragedia. También ve esencial recuperar el yate del mar para poder esclarecer más detalles de lo sucedido.

Hipótesis

En medio de una tormenta, el Bayesian se hundió la noche del lunes 19 ante las costas del pueblo siciliano de Porticello, en medio de una tempestad. En el naugrafio murieron siete de sus 22 ocupantes, entre ellos el cocinero de la nave, el canadiense Recaldo Thomas, la hija de Mike Lynch, su abogado Chris Morvillo y su esposa Neda, así como Jonathan Bloomer y su mujer Judy.

Según la Justicia italiana, actualmente hay más preguntas que respuestas en relación al caso y, entre las varias hipótesis para explicar la tragedia, se baraja la posibilidad de que hubiera habido un retraso en darse la alarma, ya que el encendido de la señal de alerta del barco solo se produjo media hora después de su naufragio.

Otra cuestión que preocupa a las autoridades son los 18.000 litros de carburante contenidos en el yate hundido, ya que una eventual fuga podría suponer un desastre para las aguas de Porticello.

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