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El equipo había probado el dispositivo durante varios añosEFE

Esta es la técnica que los investigadores piden usar para recalentar los tejidos congelados para trasplantes

La capacidad de controlar con precisión el recalentamiento nos acerca un paso más a la criopreservación de órganos a largo plazo

A lo largo de los años, se han desarrollado métodos para congelar rápidamente los órganos para su almacenamiento a largo plazo sin correr el riesgo de sufrir daños por la formación de cristales de hielo. En un intento de prolongar la viabilidad de los tejidos humanos, un grupo de investigadores de Estados Unidos ha descubierto que estos también pueden formarse durante el calentamiento.

Los resultados, publicados en Nano Letters de la American Chemical Society, presentan a una nanopartícula magnética que recalienta con éxito los tejidos animales.

Para abordar este problema, el investigador Yadong Yin de la Universidad de California y su equipo han desarrollado una técnica conocida como nanocalentamiento, iniciada por su colaborador John Bischof, para emplear nanopartículas magnéticas y campos magnéticos para descongelar los tejidos congelados de forma rápida, uniforme y segura.

Recientemente, Yin y un equipo desarrollaron nanopartículas magnéticas (que en realidad son imanes de barra extremadamente pequeños) que, al exponerse a campos magnéticos alternos, generaban calor. Y ese calor descongelaba rápidamente los tejidos animales almacenados a -238 grados Fahrenheit (-150 grados Celsius) en una solución de las nanopartículas y un agente crioprotector.

A pesar de este logro, a los investigadores les preocupaba que la distribución desigual de las nanopartículas dentro de los tejidos pudiera provocar un sobrecalentamiento en el lugar donde se concentraban las partículas, lo que podría provocar daños en los tejidos y toxicidad por el agente crioprotector a temperaturas elevadas.

Para reducir estos riesgos, los investigadores han continuado su análisis, trabajando en un enfoque de dos etapas que controla con mayor precisión las tasas de nanocalentamiento.

Según el mismo, las células cultivadas o los tejidos animales se sumergieron en una solución que contenía nanopartículas magnéticas y una sustancia crioprotectora y luego se congelaron con nitrógeno líquido En la primera etapa de descongelación, como antes, un campo magnético alterno inició un rápido recalentamiento de los tejidos animales. A medida que las muestras se acercaban a la temperatura de fusión del agente crioprotector, los investigadores aplicaron un campo magnético estático horizontal.

El segundo campo realineó las nanopartículas, frenando así eficazmente la producción de calor. El calentamiento se ralentizó más rápidamente en las zonas con más nanopartículas, lo que redujo las preocupaciones sobre los puntos problemáticos. Al aplicar el método a fibroblastos de piel humana cultivados y a arterias carótidas de cerdo, los investigadores observaron que la viabilidad celular se mantuvo alta después del recalentamiento durante unos minutos, lo que sugiere que la descongelación fue rápida y segura.

La capacidad de controlar con precisión el recalentamiento de los tejidos nos acerca un paso más a la criopreservación de órganos a largo plazo y a la esperanza de realizar más trasplantes que salven la vida de los pacientes, afirman los investigadores.

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