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Puente de Castilla-La Mancha, en Talavera de la ReinaEstudio AIA

El puente más alto de España no lleva a ninguna parte: «Lo usan los chavales para carreras ilegales»

El Puente de Castilla-La Mancha, de 192 metros, pretendía hacer Talavera de la Reina más accesible a través de una circunvalación. Sin embargo, 13 años después de su inauguración, se ha «quedado muerto»

Corría el año 2007 cuando el alcalde socialista de Talavera de la Reina José Francisco Rivas Cid se embarcó en un ambicioso proyecto. Se trataba de un enorme puente atirantado al más puro estilo Golden Gate, de 192 metros de alto, con 33 kilómetros de cableado, y un ascensor coronando la obra para poder disfrutar de la ciudad a vista de pájaro. Además, esta construcción permitiría crear una circunvalación para poder hacer la ciudad más accesible.

La obra fue promovida por la Junta de Comunidades de Castilla La-Mancha, liderada en ese momento por el también socialista José María Barreda, y el proyecto fue redactado por Estudio AIA. El 17 de octubre de 2011 se inauguró en Talavera de la Reina el Puente de Castilla-La Mancha, el más alto de España y el segundo de Europa, que supuso un gasto para las arcas públicas de 73,5 millones de euros.

Trece años después de su inauguración, los talaveranos siguen identificándolo como «el puente que no lleva a ninguna parte». La circunvalación nunca llegó y el faraónico puente de Talavera conecta ahora la ciudad con la nada. «A nosotros esto nos produce estupor: un puente que no lleva a ningún sitio», lamentó en su momento Jaime Ramos, exalcalde del PP que sustituyó a Rivas Cid.

«A través de la Federación de Empresarios se reclamó que se hiciera el puente sobre el río Alberche, que es el que ahoga a la carretera», expresa a El Debate Manolo Sánchez (83 años), exmiembro de la federación y vecino de la ciudad. Se trata de un puente ubicado en la entrada natural a Talavera desde Madrid, con un solo carril para cada sentido y donde los atascos están a la orden del día.

Imagen de las obras del puente, en marzo de 2011

«Fue una cosa de los políticos de turno. Con todas las monerías que hicieron se habría ensanchado el puente del Alberche sin mucho más coste. En ese puente, que viene desde Madrid, solo hay un paso estrecho. Además, en la última reforma en vez de ensancharlo, lo estrecharon. Ahora es un cuello de botella que parece que está hecho con una intención poco brillante», denuncia Manolo a este medio.

Por otro lado, afea que el Puente de Castilla-La Mancha se haya «quedado muerto» y se utilice únicamente para «que se suban unos cuantos a hacer el numerito». «Aquí, en Talavera, no encontramos el motivo por el que se hizo. Si acaso sirve para reconocer la ciudad desde la autovía. Fue tirar el dinero», se lamenta.

Fotos, botellones y carreras de coches

Sin un horizonte claro sobre su futura utilidad, los vecinos de la ciudad han optado por buscar otras formas de diversión para aprovechar el puente, en el que apenas hay circulación, independientemente de la hora del día. Elena, joven talaverana de 23 años, relata a El Debate que cuando tenía 15 años se enteró de que en el puente atirantado había unas rectas «chulísimas» que estaban muy bien para ir «a correr con el coche». «Los chavales lo utilizábamos para carreras ilegales. Te ibas ahí, te ponías a toda máquina y ya está. Ese era el entretenimiento», relata.

Una instagrammer subida a lo alto del puente para hacerse una foto

Dos blogueras en lo alto del puente atirantado de TalaveraInstagram

Asimismo, esta joven reconoce que en la pandemia, «cuando cerraron todas las discotecas, muchísima gente se iba allí a hacer botellón. Ahora, aun estando abiertas las discotecas, la gente va allí a beber porque es un sitio que está apartado, en el que prácticamente no pasan coches».

«También se hacen muchas sesiones de fotos. Ya que se han gastado el dinero, hay que darle un uso. Hay gente que se da paseos por allí, y eso está muy bien, pero, en mi opinión no tiene sentido haberse gastado ese dinero en un puente que no lleva a ningún sitio», concluye.