Vinculan el exceso de azúcar de los desayunos con la obesidad infantil: «Esconden la realidad nutricional»
Las marcas de cereales buscan crear conexiones emocionales con productos infantiles con exceso de azúcares de baja calidad
Los buenos hábitos y los alimentos saludables están incrementando en la sociedad española. Los consumidores cada vez se fijan más en el etiquetado de los alimentos y compran aquello que es bueno para su salud. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no siempre es fácil echar al carrito de la compra los mejores productos. Se ve en los envases infantiles, donde las grandes firmas del sector apuestan por un fuerte marketing en su empaquetado que abusa de dibujos atractivos.
Esta usual práctica esconde una realidad nutricional cargada de azúcares que se aleja mucho de la alimentación deseada para los más pequeños de las casas, quienes solo se fijan en los superhéroes o en los dibujos animados de los alimentos más apetecibles.
Aunque ocurre a menudo, se aprecia sobre todo en los desayunos para niños. Ejemplo de ello son los cereales, que esconden detrás de sus llamativos envases cantidades ingentes de azúcar y contribuyendo a fomentar hábitos alimenticios que colocan a España en uno de los países con una mayor cantidad de niños con exceso de peso y obesidad.
Estos resultados se aprecian en un estudio realizado por los expertos en nutrición infantil de FITstore.es, el cual destaca como la mayoría de las grandes firmas de cereales tratan de disimular tras los personajes animados las cualidades de unos productos que abusan de azúcares y que superan el 20 % de su composición, de grasas y de adictivos que juegan en contra de la dieta de los niños.
En este sentido, Luis Cañada, fundador de FITstore.es afirma que esto no es «una cruzada ni contra los azúcares ni contra los cereales de desayuno, que hace décadas que se nos están presentando con esta fórmula de marketing», pero sí es importante informar a los consumidores adecuadamente de «cuál es la composición de cada producto más allá de los ganchos comerciales».
En el análisis sobre el comercio de cereales, la firma española de alimentación resalta cómo se usa el empaquetado para atraer visualmente a los niños en España. Para ello, lo compara con los envases de estos mismos cereales en países latinoamericanos como Chile, que disponen de una imagen más neutra y que resulta menos atractiva para el público infantil y sendos avisos sobre las cualidades nutricionales que los componen.
Esto ocurre, apunta Cañada, porque en España no hay «una regulación ni estricta ni obligatoria con Nutriscore». Así, detalla que la legislación en Latinoamérica penaliza «muchísimo más tanto» a la comunicación como a la comercialización, pues hay situaciones en que los productos «no pueden publicitarse a los menores bajo ningún concepto».
Estas estrategias publicitarias fomentan una alimentación infantil de baja calidad y agrava la crisis del índice de peso corporal de los más jóvenes. Según los últimos datos, cuatro de cada diez niños tienen sobrepeso y un 14,2 % padece obesidad. Los hábitos sedentarios cada vez más tempranos y una alimentación deficiente potenciada por el nivel socioeconómico de los progenitores son dos de los motivos principales por los cuales el exceso de peso esté disparado.
El 40% de los niños tiene sobrepeso
Al hilo, Cañada enfatiza en la idea de que las estrategias publicitarias buscan crear «una conexión emocional entre los productos que ofrecen y los personajes favoritos de los niños en televisión y los dibujos animados». Es decir, si consumes azúcar, tienes premio. Si no lo haces, te quedas sin nada. Esto hace que desde pequeños los menores coman mal y adquieran con el paso de los años técnicas de alimentación muy poco saludables.
Estos datos, comunicados por la OMS, sitúan el sobrepeso infantil en España por encima del 40 %, la más elevada de la UE, desdibujando una «pandemia silenciosa» que tiene su punto cero en una dieta cargada de azúcares.
Una influencia negativa en los hábitos alimenticios de los niños desde una edad temprana puede establecer preferencias que se estandarizan con el paso del tiempo, lo que a medio-largo plazo puede derivar en problemas de salud. Es esencial educar a los jóvenes sobre cómo comer productos sanos desde el primer momento.
Sin embargo, la calidad de la alimentación infantil también depende de la economía familiar. De hecho, el 46,7 % de los niños de entre seis y nueve años con exceso de peso en España provienen de familias con ingresos inferiores a 18.000 euros anuales, mientras que tan solo el 29,2 % de estos niños vive en familias que superan los 30.000 euros. Para muchos hogares es complicado adquirir alimentos como fruta, cuyo precio es más elevado que el de los dulces.