Un estudio revela la edad máxima que puede vivir un ser humano
Los investigadores utilizaron una aplicación para iPhone y recopilaron datos de análisis de muestras de sangre de más de 540.000 voluntarios de Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos
Un equipo de investigación de la empresa de biotecnología Gero, con sede en Singapur, y del Roswell Park Comprehensive Cancer Center de Buffalo (Nueva York) ha determinado que la esperanza de vida máxima que puede alcanzar un ser humano es de 150 años. Aun nadie ha llegado a ella. La persona más longeva registrada hasta la fecha es Jeanne Calment, que nació un 21 de febrero de 1875 y vivió hasta los 122 años.
Según la Comisión Europea, que accedió al estudio, para confirmar esta edad máxima, los investigadores utilizaron una aplicación para iPhone y recopilaron datos de análisis de muestras de sangre de más de 540.000 voluntarios de Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Tras esto, combinaron los datos con datos adicionales de más de 4.500 personas para calcular «la tasa de deterioro de la aptitud física del cuerpo».
En este sentido, el doctor Peter Fedichev, que también es cofundador y director ejecutivo de Gero, afirmó en un comunicado de prensa al que ha accedido la CE que el envejecimiento en los seres humanos presenta «características universales comunes a los sistemas complejos que operan al borde de la desintegración».
Al hilo, el experto apuntó que este trabajo es «una demostración» de cómo los conceptos tomados de las ciencias físicas pueden usarse en biología para investigar diferentes aspectos de la senescencia –envejecimiento biológico– y la fragilidad y así producir «intervenciones sólidas contra el envejecimiento».
La edad biológica y resiliencia
La llegada de la inteligencia artificial ha abierto muchas fronteras. De hecho, los investigadores la utilizaron para analizar información relacionada con la salud y la forma física. Cuando hallaron los resultados, los científicos descubrieron que la esperanza de vida humana se basa principalmente en la edad biológica –vinculada al estrés, el estilo de vida y las enfermedades crónicas–y la resiliencia –la capacidad de recuperarse rápidamente después de responder a una situación estresante–.
Estos estudios dieron una respuesta clara: nuestros cuerpos perderían la capacidad de recuperación a los 120 a 150 años. Y es que, vieron que el simple tratamiento de las enfermedades no mejorará la esperanza de vida. Sin embargo, apuntar a la causa raíz de la disminución de la resiliencia podría ser la clave.
En este sentido, Andrei Gudkov, coautor del estudio, aseveró que este trabajo es «un avance conceptual» porque determina y separa los roles de los factores fundamentales en la longevidad humana: el envejecimiento, definido como la pérdida progresiva de resiliencia, y las enfermedades relacionadas con la edad, como «'ejecutores de la muerte' tras la pérdida de resiliencia».
Asimismo, explicó que la prevención y el tratamiento más efectivos de las enfermedades relacionadas con la edad solo podrían «mejorar la esperanza de vida promedio», pero no la máxima, a menos que se hayan desarrollado «verdaderas terapias antienvejecimiento».