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Rescatadoras hablando con una mujer embarazada en los alrededores de un abortorio de MadridPaula Argüelles

El 75 % de las mujeres que van a abortar no lo hacen si hay alguien rezando a las puertas de las clínicas

'40 Days for Life', desde 2007, ha salvado la vida a más de 25.250 embriones que pudieron seguir creciendo en el seno de su madre

La cultura de la muerte está a la orden del día en Estados Unidos. A pesar del veto que sufren estas prácticas en algunos estados, alrededor de una veintena tratan de legalizarlo. Conscientes del valor de la vida humana, 40 Days for Life, una asociación que lleva la oración a la puerta de los abortorios estadounidenses, ha conseguido que el 75 % de las mujeres que querían acabar con la vida de su feto siguieran adelante y dieran una nueva oportunidad a uno de los derechos más importantes de todo ser humano.

Desde que se revocó el caso Roe contra Wade en 2022, fallo del Tribunal Supremo que devolvió a los estados las competencias legislativas sobre este asunto, las clínicas de Planned Parenthood, el gigante estadounidense que ofrece abortos en todo el mundo, se han vuelto más fuertes que nunca. Ya no solo le vale con denunciar a las personas que van a rezar por los no nacidos, sino que envía a mujeres de todas las edades a otros estados para que puedan deshacerse de su bebé libremente. Entre ellas, se encuentran también las menores no acompañadas de sus padres.

40 Days for Life, el movimiento popular más grande del mundo que lucha con el aborto (con más de un millón de voluntarios de 64 naciones, casi 12.500 campañas locales y 20.000 iglesias) ya ha salvado la vida a más de 25.250 fetos desde 2007.

El eje central de la asociación es una vigilia de 40 días de duración (y 24 horas diarias) que se lleva a cabo delante de un centro de Planned Parenthood o de otro centro de abortos de su comunidad, explican en su web. Esto ayuda a poner fin a lo que Shawn Carney, presidente de 40 Days for Life, llama «la injusticia del aborto».

«Los demócratas están convirtiendo el aborto en una especie de sacramento», dijo Carney en una entrevista a The Daily Signal. Así, explicó que lo único que están haciendo es censurar a los médicos del proceso y permitir a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aplicar regulaciones sobre las píldoras abortivas.

Después de las revisiones de la FDA, la mifepristona –químico para interrumpir la vida del feto– se puede obtener en todos los lugares, incluso en farmacias minoristas. A esto se le suman los envíos por correo, ya que a pesar de estar restringidas en algunos estados, los gobiernos federales no pueden controlar estos paquetes.

Fin a la campaña en Washington DC

Tras 40 días luchando por la vida de los nasciturus, la campaña finalizó el pasado 20 de noviembre frente a una de las clínicas de Planned Parenthood en Washington DC. Michael New, coordinador principal de 40 Días por la Vida, aseguró a The Daily Signal, que «el mensaje fue claro».

Gracias a la oración y a la lucha por la vida, el 75 % de los abortos que estaban programados no se llevaron a cabo, afirmó el gigante estadounidense que ofrece estos servicios. Esto es un gran logro, ya que muchos bebés tendrán la oportunidad de estar, como ya lo hacen algunos un poco más mayores, acompañando a sus madres, las que se dieron la vuelta en el último minuto y regresaron a sus casas.