¿En qué se diferencian la ley de la eutanasia de Reino Unido y España?
Tras recoger los datos de la LORE, nombre de la ley de nuestro país, en los tres años que lleva en vigor, 1.449 personas han decidido dejar de vivir y 686 lo han «conseguido»
A finales de noviembre, el Parlamento británico aprobó en la Cámara de los Comunes el Proyecto de Ley sobre adultos con enfermedades terminales. Esta norma, presentada por primera vez por la diputada laborista Kim Leadbeater, busca «facilitar» el acceso a la eutanasia a todos los pacientes que lo soliciten, permitiéndoles morir cuando lo deseen. Algo similar ocurre en España, donde, desde 2021, casi de 700 personas han decidido poner fin a su vida. Aunque los dos documentos redactados son iguales y apuestan por la cultura de la muerte, tienen sus matices.
Los datos de España son aterradores. Tras recoger los datos de la LORE, nombre de la ley de nuestro país, en los tres años que lleva en vigor, 1.449 personas han decidido dejar de vivir y 686 lo han «conseguido». En Reino Unido aún no se puede contabilizar, ya que hasta que no entre en vigor, que se prevé que lo haga en 2025, esta controvertida práctica es ilegal en el país. Sin embargo, los datos son escalofriantes. El 66 % los ciudadanos se muestran a favor de la muerte mediante químicos.
Edad a la que se puede pedir la eutanasia
En Reino Unido, según dicta la legislación propuesta, solo las personas mayores de 18 años ciudadanos de Inglaterra y Gales que vayan a morir en los próximos seis meses son los que pueden solicitar esta prestación. Además, deben estar en su plena capacidad para decidir por ellos mismos el final de su vida. Para ello, deberán hacer dos declaraciones por separado, demostrando su deseo a morir. Estas deberán ser aprobadas por dos médicos independientes y un juez del Tribunal Supremo.
En España la situación es algo diferente. Al igual que en el país británico, el paciente debe ser mayor de edad, padecer una enfermedad grave, crónica o imposibilitante y estar consciente en el momento de la solicitud. En el caso de no estar en pleno uso de sus facultades, se deberán seguir sus deseos previos y cumplir el protocolo oficial.
Asimismo, debe demostrar que posee nacionalidad española o residencia legal superior a doce meses. También, según el documento del Ministerio de Sanidad, órgano que impuso esta norma, el paciente debe haber formulado dos solicitudes de manera voluntaria por escrito, dejando una separación de al menos quince días naturales entre ambas.
Quién administra la medicación
Otro de los aspectos que cambia es el de la inoculación del químico. En Reino Unido, la ley estipula que debe ser el mismo enfermo quien se administre el fármaco. Ningún médico u otra persona estarán autorizadas para ello. De hecho, nadie tiene la aplicación de brindar esa asistencia al paciente. Por el contrario, España ha creado una lista de médicos objetores para señalar con el dedo a aquellos que no quieran, por principios éticos, llevar a cabo esta práctica.
Al hilo, según la LORE, en nuestro país es el facultativo el que se tiene el deber de suministrar al solicitante la sustancia letal. A día de hoy se puede realizar en centros hospitalarios, públicos y privados o en el domicilio. Además, si la persona lo desea, podrá estar acompañado de sus familiares o allegados.