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Imagen de la flor cadáver

Sociedad

La flor del cadáver: ¿por qué huele a carne podrida?

Descubren el origen del olor y calor de flor cadáver

La titan arum, conocida como la flor cadáver, fascina y repugna a partes iguales por su tamaño imponente (puede alcanzar los 3,7 metros) y su característico olor a carne podrida. Este aroma tan peculiar, diseñado para atraer insectos carroñeros, ha sido objeto de estudio liderado por G. Eric Schaller, del Dartmouth College, que revela los procesos genéticos y químicos detrás de esta singular estrategia de reproducción.

Calor y compuestos: claves del hedor

Durante su rara floración, que ocurre cada cinco años, la flor cadáver experimenta un proceso de termogénesis, donde su espádice, inflorescencia en forma de espiga, puede calentarse hasta 11 °C por encima de la temperatura ambiente. Este calor volatiliza compuestos como el sulfuro de dimetilo y la putrescina, responsables del aroma a descomposición.

El estudio, publicado en PNAS Nexus, descubrió altos niveles de metionina, un aminoácido precursor de estos compuestos, junto con genes activados específicamente para procesar y transportar azufre, esenciales para producir el hedor. Esta combinación única convierte el calor y el olor en herramientas clave para atraer polinizadores, como escarabajos y moscas.

Cómo se realizó el estudio

Para desentrañar estos procesos, los investigadores estudiaron un ejemplar llamado «Morphy», una flor cadáver de 21 años ubicada en un invernadero de Dartmouth. Utilizando secuenciación de ARN, analizaron los genes implicados en el proceso de termogénesis y la emisión de olores. Además, midieron los niveles de aminoácidos en distintas etapas de la floración mediante espectrometría de masas, proporcionando una visión detallada de la bioquímica de esta planta única.

Significado y futuro del descubrimiento

Este es el primer estudio en detallar los mecanismos moleculares detrás del calor y el olor de la flor cadáver, lo que ofrece pista sobre cómo estas estrategias evolucionaron en el reino vegetal. A partir de ahora, los científicos buscarán entender mejor cómo estas plantas sincronizan sus floraciones en espacios compartidos, lo que podría abrir nuevas puertas al estudio.