¿Qué hay de cierto sobre los mejillones españoles contaminados con E. coli?
El Sistema de Alerta Rápida notifica la detección del microorganismo, aunque los productos no estarían disponibles en el mercado
El pasado 4 de diciembre, las autoridades italianas detectaron trazas de la bacteria Escherichia coli en mejillones procedentes de España, según informó el Sistema de Alerta Rápida de Alimentos y Piensos (RASFF, por sus siglas en inglés). Este sistema de la Comisión Europea ha calificado el riesgo como «grave» en su actualización más reciente, emitida el 11 de diciembre.
No obstante, el RASFF ha señalado que los mejillones afectados no se encontrarían «presumiblemente» disponibles en el mercado. La noticia, publicada por diversos medios como Antena 3 y La Razón, ha generado una amplia repercusión mediática desde el 9 y 10 de diciembre, respectivamente.
¿Qué es el RASFF?
El RASFF es una herramienta diseñada para que las autoridades de control de la Unión Europea compartan información sobre medidas relacionadas con riesgos detectados en alimentos o piensos. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, este sistema permite responder de manera coordinada ante amenazas alimentarias.
En este caso, la alerta se generó tras un control oficial realizado en Italia que encontró niveles de E. coli superiores a los permitidos en una partida de mejillones españoles.
La E. coli y sus características
La bacteria Escherichia coli puede transmitirse a través de alimentos o agua contaminados, como carne picada cruda, vegetales sin lavar o contacto con animales infectados, según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria. Aunque los seres humanos pueden portar el microorganismo sin manifestar síntomas, los principales reservorios son animales rumiantes, especialmente los bovinos.
Los alimentos pueden contaminarse en diversas etapas, como durante el sacrificio de animales en mataderos, el ordeño o mediante el uso de agua y abonos infectados en la agricultura. Sin embargo, la cocción a temperaturas superiores a 70 grados elimina la bacteria, garantizando la seguridad del producto.
Impacto en la salud y medidas preventivas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección por E. coli provoca síntomas como calambres abdominales, diarrea (que en algunos casos puede ser hemorrágica), fiebre y vómitos. Aunque la recuperación suele completarse en unos diez días, existe un riesgo más elevado en niños y personas mayores de desarrollar síndrome hemolítico urémico, una condición grave que afecta al sistema renal y puede ser mortal en un pequeño porcentaje de casos.
Para minimizar los riesgos, la OMS recomienda adoptar prácticas seguras de manipulación de alimentos. Entre sus principales consejos están: mantener la higiene, separar los alimentos crudos de los cocinados, cocinar completamente los productos, conservarlos a temperaturas adecuadas y utilizar agua y materias primas seguras.
Esta alerta alimentaria pone de relieve la importancia de las medidas preventivas para garantizar la seguridad alimentaria en toda la cadena de producción y consumo.