Estos son los cambios que supone la polémica ley de medicamentos veterinarios

Los veterinarios se han puesto en pie de guerra contra el Real Decreto 666/23 de 18 de julio, que regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios. Aunque su aprobación y entrada en vigor data de julio de 2023, lo dispuesto en su artículo 39.1 en lo relativo a la comunicación de los datos de prescripciones veterinarias de antimicrobianos para animales de compañía, sería de aplicación a partir del 2 de enero de 2025.

La norma fuerza a los profesionales a recetar conforme a lo indicado en las fichas técnicas de los medicamentos veterinarios que, según denuncian, se encuentran en su gran mayoría desactualizadas. Asimismo, explican que el texto cuestiona su trabajo, ya que la experiencia de los veterinarios en muchas ocasiones llevaría a prescribir un antibiótico y ahora no podrán, ya que deberán ceñirse a las fichas técnicas.

Los afectados critican también la implementación y complejidad de Presvet, la herramienta que han de utilizar para comunicar estas prescripciones veterinarias, que les hace perder mucho tiempo y llena de burocracia su trabajo. Además, este cambio repercutirá también en el bolsillo de los dueños de mascotas, ya que es necesario realizar una serie de pruebas, como un cultivo o un antibiograma, para saber qué antibiótico recetar.

Desde Abogacía Española añaden que el decreto parece no haber considerado suficientemente «la realidad operativa diaria de las clínicas veterinarias», tratándose en la mayor parte de los casos de pymes, es decir, clínicas a cargo de un veterinario autónomo, o bien pequeñas clínicas de trabajo asociado.

Igualmente, señalan que la regla de prescribir envases enteros, sin flexibilidad para adaptarse a la dosis específica necesaria, «resulta costosa y genera desechos». Por otra parte, dividir los antibióticos en categorías e ir «escalando» en función de su efectividad, puede retrasar el tratamiento, agravando la patología de base, a la vez que cuestiona el criterio profesional del veterinario.

Lo que recalcan también desde la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) es que el sector de los animales de compañía representa apenas el 1 % del consumo de antibióticos veterinarios, lo que pone en entredicho la urgencia de su implementación: «El 95 % de los antibióticos los prescriben los médicos y ellos no tienen limitaciones», apunta a El Debate José Ramón García, presidente de CEVE Madrid.

Exigencias de los profesionales

Por ello, además de solicitar la eliminación de Presvet debido a la «excesiva carga burocrática» que implica, también han propuesto la posibilidad de dispensar el tratamiento completo a los pacientes mediante el fraccionamiento de envases clínicos, lo que ayudaría a reducir costes, minimizar excedentes y disminuir la generación de residuos.

Asimismo, en el proceso de prescripción, abogan por priorizar el criterio clínico y la evidencia científica frente a las fichas técnicas de los medicamentos, que consideran «desactualizadas», así como por ajustar la prescripción a la disponibilidad real de los fármacos en el mercado. Además, han solicitado la eliminación de sanciones «desproporcionadas» de hasta un millón de euros que «criminalizan la práctica veterinaria» y la reducción del IVA en los servicios veterinarios, que es del 21 %, para equipararlo con el de otros profesionales sanitarios.

Este viernes, la asamblea general de presidentes del Consejo General de Colegios de la Profesión Veterinaria de España se reunió en Madrid para analizar el impacto del Real Decreto 666/2023 sobre medicamentos veterinarios. En un comunicado, los representantes señalaron que la norma actual restringe significativamente la capacidad de los veterinarios para prescribir tratamientos basándose en la evidencia científica y en su propio criterio profesional.

Consideran que es fundamental establecer una moratoria del uso de Presvet y solicitan la eliminación del régimen sancionador asociado a esta herramienta. Otra de sus reivindicaciones es la autorización legal para que los veterinarios puedan vender directamente todos los medicamentos que sus pacientes necesiten, y han decidido emprender todas las acciones posibles para lograr una normativa que se ajuste a la realidad del sector.