Fundado en 1910
Prisión

PrisiónPexels-Pixabay

Fundación +34: los mercedarios del siglo XXI

Ofrecen ayuda a los 1.053 españoles encarcelados en prisiones extranjeras en la actualidad

Una de las noticias de la pasada semana fue la llegada al aeropuerto de El Prat de Barcelona, desde Omán, de Fátima Ofkir Reyes, liberada al recibir el perdón del sultán tras siete años de cárcel. A Fátima la habían condenado a cadena perpetua por un presunto tráfico de drogas que no cometió. El tema de Fátima ha hecho que nos preguntáramos cuántos españoles están encarcelados en prisiones extranjeras. Quizás el más mediático, y que a todo les puede sonar, es el de Daniel Sancho, encarcelado en Tailandia por haber asesinado al cirujano plástico Edwin Arrieta.

A parte de él, actualmente, hay 1.053 españoles encarcelados en prisiones extranjeras. Cataluña es la Comunidad autónoma con más presos, con 153. Madrid tiene 59 repartidos por prisiones de los cinco continentes, la Comunidad Valenciana 27 o Navarra con 5. Estas cifras las proporciona la Fundación +34, dirigida por Javier Casado. La Fundación, desde 2011, se dedica a asistir a estos presos. Les facilitan apoyo, recursos y tramitan su regreso cuando han cumplido la cadena.

De los 1.053 españoles encarcelados, el 88,5 % son hombres y sólo 122 son mujeres. De los hombres, el 57 % han sido juzgados por delitos relacionados con el tráfico de drogas a pequeña escala. Normalmente son mulas que los han pillado. El 12 % han sido acusados de robo, homicidio o asesinato. Y hay un 30 % clasificados como «no consta». Es decir, presos donde la información sobre la comunidad autónoma del recluso no está disponible por cuestiones de privacidad o por un problema en la recolección de los datos.

Son unos 72 estados donde hay españoles cumpliendo condena privativa de libertad. La mayor parte de los españoles presos en el extranjero están recluidos en cárceles de Europa, especialmente en Alemania y Francia, donde se han firmado los mismos tratados y convenios ratificados por España, por lo que las sanciones impuestas o las condiciones de su cumplimiento son similares a las experimentadas por los presos en España. En Francia hay 193 y en Alemania 127 presos. Le sigue Marruecos, Bélgica, Italia, Portugal, Reino Unido, Estados Unidos, Perú o Suiza. Las cárceles latinoamericanas, asiáticas y del África subsahariana es donde se registran mayores problemas de vulneración de los derechos humanos.

Como explica Blanca Martín Ríos «entre las prisiones más peligrosas del mundo se encuentran la de Gitarama (Ruanda), caracterizada por el hacinamiento, la insalubridad y la peligrosidad, muriendo entre sus muros uno de cada 8 internos a causa de enfermedades o violencia; Campo 22 (en Corea del Norte), con un elevado hacinamiento y alto índice de fallecidos; la prisión de Mendoza (Argentina); la penitenciaría de Carandirú (Brasil), conocida por sus violaciones de derechos humanos, causante de motines entre los reclusos; la Modelo (Colombia); la Prisión Nacional de Maracaibo (Venezuela), distinguida, además de por el hacinamiento, por los largos encierros antes de ser juzgados los presos; la prisión en Ciudad Barrios (El Salvador), integrada por la mara salvatrucha; la de la bahía de Guantánamo (Cuba), criticada por infligir torturas y por sus altos índices de suicidio; Rikers (Nueva York), con un alto índice de violencia entre reos; la Colonia Penitenciaria IK-6 (Rusia), donde se limita extraordinariamente la capacidad de movimiento de los internos, y la Prisión Central de Bang Kwang (Tailandia), donde los internos considerados especialmente peligrosos o condenados a pena de muerte son obligados a usar pesados grilletes».

La Fundación +34, que lleva este nombre porque es el prefijo telefónico de España, trabaja para que las condiciones sociales, físicas y mentales de los privados de libertad se mantengan en niveles admisibles. Los voluntarios de la Fundación realizan actividades enfocadas en mejorar la calidad de vida de los presos, visitándolos regularmente. A estos, si es necesario, les administran vitaminas y otros nutrientes, para que tengan una salud aceptable. Eso sí, quedan fuera de la asistencia de la fundación los condenados por delitos de sangre y delitos sexuales.

La cifra de internos en cárceles extranjeras ha seguido una línea descendente desde 2018, especialmente acentuada durante la pandemia. No obstante, al finalizar la restricción de movilidad se ha producido un repunte. Aun así, se mantiene una clara diferencia con años anteriores cuando, hace una década, se superaba la cifra de 2.500 españoles presos en el exterior. Aparte de los 1.054 presos atendidos actualmente, la Fundación también ha atendido a 1.383 familias ayudándolas en la solicitud de repatriación. Lo que no hacen es buscar, asignar o recomendar abogados. Tampoco realizan gestiones para su liberación.

La red de voluntarios cuenta con 450 personas distribuidas a lo largo de los 72 estados de los cinco continentes. Al igual que los mercedarios de la orden fundada por San Pedro Nolasco, estos visitan, reconfortan, ayudan, velan por sus derechos humanos y muchas veces son el único contacto con el exterior. Un apoyo psicológico que, a diferencia de antaño, no pueden cambiarse por ellos, ni pagar para que sean liberados.

comentarios
tracking