Fundado en 1910

Cerca de ocho millones y medio de colillas son arrojadas al suelo cada minuto en todo el mundoGTRES

Medio ambiente

La industria tabacalera tendrá que pagar la recogida de las colillas

La ley de residuos aprobada el año pasado prevé la entrada en vigor de esta normativa a partir de este año, además de otras medidas de sensibilización y concienciación medioambiental que deberán asumir las productoras

La industria tabacalera tendrá que asumir a partir de este viernes, 6 de enero, el coste de la recogida de las colillas en España.

Así lo establece la Ley de Residuos y Suelos Contaminados aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado abril, que daba hasta hoy de plazo para elaborar el reglamento que detalle cómo será el nuevo procedimiento y las funciones que habrán de adoptar las productoras a tales efectos.

Aunque desde la Mesa del Tabaco, asociación que representa a toda la cadena de producción en España, seguían en los últimos días a la espera de conocer el contenido del texto, lo cierto es que la medida supondrá en cierto modo un punto de inflexión. Hasta ahora, la limpieza de las colillas era gestionada por los ayuntamientos. Pero con la nueva norma, que transpone la Directiva de Plásticos de Un Solo Uso (SUP) de la Unión Europea, esta tarea, que supone millones de euros de gasto al año, será sufragada por los responsables últimos del producto. Y eso incluye, según el artículo 60.3 de la ley, tanto la «infraestructura como el posterior transporte y tratamiento de los residuos».

No solo eso: además de la limpieza viaria, las bases para la elaboración del reglamento también prevén el desarrollo de campañas de concienciación ambiental por parte de las tabacaleras para evitar el desecho de las colillas.

Según un informe de la Fundación Rezero centrado en Cataluña –apenas constan datos oficiales de toda España–, los municipios gastan una media de entre 12 y 21 euros por habitante en la limpieza de las colillas, una cuantía que aumenta en los ayuntamientos costeros.

En total, la ONU calcula que cada minuto acaban en el suelo ocho millones de colillas (el equivalente a 766 millones de kilos) en todo el mundo, lo que las convierte en el residuo «más desechado de todo el mundo». Su potencial tóxico estriba en el acetato de celulosa que contienen, una sustancia muy perjudicial para el medio ambiente. Las colillas tardan alrededor de una década en descomponerse, y cuando lo hacen, liberan las sustancias absorbidas del humo, tales como nicotina, arsénico o plomo, amén de diversos microplásticos. Muchas de ellas terminan en los mares, donde los peces las confunden con comida y las ingieren.