El lobo entra en campaña: Feijóo promete permitir su caza ante el aumento de los ataques al ganado

es una de las mayores preocupaciones de muchos ganaderos en el norte de España. Desde la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) en septiembre de 2021, está prohibido cazar a estos animales, por lo que los ataques al ganado han ido en aumento.

Y las cifras del año 2022 lo corroboran: la suma de las pérdidas de cuatro comunidades hacen un total de 11.831 animales muertos como consecuencia de la agresión de los cánidos. Una situación que no ha hecho rectificar al Gobierno, lo que ha provocado que el Partido Popular prometa restablecer la situación de protección del lobo a la existente antes de 2021 al retirar las poblaciones de esta especie al norte del Duero del Lespre.

Aunque las comunidades autónomas ofrecen compensaciones a los ganaderos por estos ataques de lobos, es una cuantía que califican de insuficiente. Así lo han dejado claro desde la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Asturias, una de las regiones más afectadas por los lobos: «Ni los agricultores ni los ganaderos buscan dinero, quieren que no les estropeen su trabajo».

Por ello, la principal propuesta de los profesionales del campo es volver a la situación anterior a 2021 y poder retomar la caza del lobo para controlar las poblaciones al norte del Duero y evitar así los conflictos con la ganadería extensiva y sus efectos negativos en el medio rural.

Algo que no comparten los ecologistas, que consideran que matar lobos «no es la solución y es ilegal». Desde Ecologistas en Acción citan varios estudios científicos en los que se expone que estos controles poblacionales lo que hacen es «desestructurar los grupos reproductores de lobos llegando a incrementar estos daños». Como alternativa, piden que se incrementen las medidas de prevención y compensación de daños y lamentan que se hayan descuidado.

«Cualquier día ocurrirá una desgracia»

Mercedes Cruzado, secretaria general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Asturias, apunta a este medio que la inclusión del lobo en el Lespre va «en contra total» del manejo de la ganadería extensiva en esa comunidad. Denuncia que los lobos están cada vez en más sitios y ya han llegado a las costas asturianas y a cualquier hora del día, cuando antes su presencia se limitaba a las noches en zonas cercanas a la montaña.

Es cierto que el Miteco y las comunidades acordaron un mecanismo excepcional para autorizar el abatimiento de algunos lobos. Algo que, sin embargo, los ganaderos califican de engorroso y difícil de ejecutar, subrayando que la burocracia para poder terminar con algún ejemplar es excesiva.

Cruzado sentencia, asimismo, que no hay medida de protección efectiva contra el lobo: «Esa moto se la venden a la gente que no convive con ellos y que no vive en carne propia el problema». Añade que la única solución es el control poblacional, «sin hablar de exterminio», y alerta de que si no se hace algo ya «cualquier día ocurrirá una desgracia», ya que los lobos le han perdido el miedo a los seres humanos. «Nos llaman alarmistas, pero nosotros sabemos de lo que hablamos al ver el comportamiento de los animales».

Retirar al lobo del Lespre

Unas plegarias que, parece, serán escuchadas si cambia el color del Gobierno. El PP de Alberto Núñez Feijóo lleva en su programa electoral –es la medida 78 de 365– la modificación del anexo del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, con el objetivo de «concretar la protección de las poblaciones al norte del Duero». Con ello se retiraría las poblaciones de esta especie del Lespre, lo que implica que se levantará la prohibición de cazarlos.

Fuentes del partido han apuntado a Efe que, para lograr «mejorar el proceso de decisión», mantendrán el consenso con las comunidades autónomas donde existan poblaciones de lobo y se actualizarán los censos de poblaciones –congelados desde 2014– y la dispersión de ejemplares con información científica. Los cambios, según el PP, pretenden garantizar que todas las regiones con presencia de la especie, «justifiquen y argumenten» cualquier extracción de ejemplares de lobo en zonas autorizadas.