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Deforestación en la Amazonía brasileñaAFP

La deforestación en la Amazonía brasileña cae un 33 % en el primer semestre de 2023

En el Cerrado brasileño, sin embargo, uno de los biomas más agredidos, se reportó un aumento de la deforestación de 21 %

La deforestación en la Amazonía brasileña cayó un 33,6 % entre enero y junio de 2023 respecto al mismo período del año pasado, según cifras oficiales divulgadas este jueves. Así lo demuestran las imágenes satelitales del sistema de vigilancia DETER del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), que detectaron 2.649 kilómetros cuadrados de selva talados en el primer semestre del año.

El dato significa una caída sensible respecto al registro de 2022, cuando el mayor bosque tropical del planeta perdió 3.988 km2. «Alcanzamos una tendencia de caída consistente en la deforestación de la Amazonía», celebró Marina Silva, ministra de Medio Ambiente, en una conferencia de prensa este jueves.

En junio, por tanto, la destrucción de la Amazonía retrocedió 41 % respecto al mismo mes de 2022, cuando habían sido talados 1.120 km2 de vegetación. Silva apuntó que los resultados son fruto de la «decisión del presidente Lula da Silva de asumir como una política de gobierno el enfrentamiento al cambio climático y el combate a la deforestación».

En el Cerrado brasileño, por su parte, uno de los biomas más agredidos, se reportó un aumento de la deforestación de 21 % en el primer semestre del año comparado con el mismo período de 2022, con 4.408km2 destruidos. Eso demanda «una acción tan urgente como en la Amazonía», según Joao Paulo Capobianco, secretario ejecutivo de Medio Ambiente.

Desde su elección, el presidente Lula da Silva ha prometido revertir las políticas ambientales de su antecesor y trabajar para llevar la deforestación ilegal del bioma a cero en 2030, un asunto seguido con atención por las potencias globales.

Durante el gobierno de Bolsonaro (2019-2022), la deforestación de la Amazonía avanzó un 75 % cuando se compara el período con el promedio de la década anterior.

En junio pasado, Lula lanzó un plan contra la deforestación ilegal en la Amazonía, días después de que su ministerio de Medio Ambiente fuera despojado de varias atribuciones clave en el Congreso. El gobierno del izquierdista prometió embargar inmediatamente la mitad de las superficies taladas ilegalmente en espacios demarcados como áreas de conservación ambiental, crear tres millones de hectáreas de espacios protegidos hasta 2027 y fortalecer el monitoreo ambiental.

«El gobierno volvió a actuar, a aplicar la ley y proteger la riqueza única que significa la Amazonía. Eso está haciendo que los números de la deforestación caigan», dijo Marcio Astrini, secretario ejecutivo de la ONG Observatorio do Clima en una nota.

La cuestión ambiental es eje de la pulseada para finalizar el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, que recientemente demandó a los países suramericanos nuevas exigencias relacionadas a combatir los delitos ambientales.