Medicán: así son los ciclones tropicales del Mediterráneo como el que ha asolado Libia
La tormenta Daniel, que también anegó zonas de Grecia, se ha cobrado ya 6.000 víctimas mortales y 30.000 desplazados
Grecia, Bulgaria, Turquía y ahora Libia han estado afectados por la intensa borrasca Daniel, que se formó alrededor del 4 de septiembre. Al menos 16 muertos entre los tres primeros países y con unos datos de precipitaciones nunca vistos hasta la fecha, con récords de 754 litros por metro cuadrado en 24 horas.
Una tormenta que, sin embargo, ha adquirido tintes apocalípticos a su llegada a Libia, causando en este país cerca de 6.000 fallecidos, 8.000 desaparecidos y alrededor de 30.000 desplazados. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha destacado que «Derna es la localidad más afectada» por Daniel, que además de las lluvias torrenciales ha provocado la rotura de dos presas y la posterior inundación de importantes partes de la ciudad.
Son los efectos devastadores de lo que se conoce como medicán –contracción de Mediterranean hurricane–, que no son más que tormentas mediterráneas que tienen características de ciclones y huracanes tropicales y que ocurren en esa región entre una y tres veces al año, aunque en los últimos tiempos su presencia se ha ido volviendo cada vez más habitual.
Según explican desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se trata de pequeños ciclones que se desarrollan sobre el mar y afectan principalmente a zonas marítimas, islas y zonas costeras. Un fenómeno que puede provocar vientos muy fuertes, temporales marítimos e incluso inundaciones, resultado de lluvias muy intensas.
Para formarse, necesitan flujos de calor y humedad, «reforzados por las temperaturas cálidas de la superficie del mar», subraya a AFP Suzanne Gray, profesora del departamento de meteorología de la Universidad de Reading, en Reino Unido.
Desde hace varias semanas, las aguas superficiales del Mediterráneo oriental y del Atlántico están entre dos y tres grados centígrados más calientes de lo habitual. «Probablemente hayan provocado precipitaciones más intensas», declararon varios científicos durante una reunión del sistema de alerta meteorológica del Reino Unido.
Lagos en pleno desierto
Daniel ha dejado imágenes espectaculares, como la de la creación de lagos en medio del desierto que han adquirido un tamaño tan considerable que son visibles desde el espacio. Las áreas inundadas en el desierto libio han sido captadas en imágenes comparadas por el satélite Sentinel 2 del programa europeo Copernicus, tomadas el 2 y el 12 de septiembre.
En la foto de la izquierda se puede observar el territorio desértico al sur de la Cirenaica completamente cubierto por la arena. Tan solo diez días después, en la imagen de la derecha, se ve cómo aparecen amplios cauces inundados que recorren el desierto hacia el sur, hasta crear en algunos casos grandes lagos de color azul intenso. Cabe destacar que en el desierto oriental de Libia, las precipitaciones alcanzan un promedio que en algunos casos no llega a 50 milímetros anuales.
«Eventos como la tormenta Daniel son relativamente raros y tienden a ocurrir con más frecuencia en la parte occidental del mar Mediterráneo que en la árida costa libia. Es más difícil entender el potencial de eventos extremos catastróficos en un clima árido, donde las lluvias son escasas y espaciadas, lo que hace que diseñar y construir infraestructuras resilientes sea un desafío», declaró en un comunicado la profesora de Riesgo Climático y Resiliencia de la Universidad de Reading Liz Stephens.