Fundado en 1910
iceberg

En vídeo: científicos a bordo del RRS Sir David Attenborough navegan alrededor del iceberg A23a, el mayor del mundoBritish Antarctic Survey
Foto: AFP

El iceberg más grande del mundo, a la deriva tras 35 años encallado

Tiene tres veces el tamaño de Nueva York, pesa un billón de toneladas y mide 400 metros de alto, más que el Empire State

Un enorme iceberg se encuentra a la deriva en el Océano Antártico. El iceberg A23a, separado de la costa antártica en 1986 y de 4.000 kilómetros cuadrados –tres veces el tamaño de Nueva York–, está en movimiento después de más de 30 años encallado en el mar de Weddell, en dirección al Atlántico sur. Mide 400 metros de alto, más que el famoso edificio Empire State, por ejemplo, que alcanza los 380 metros, y pesa cerca de un billón de toneladas.

A23a fue parte de un brote masivo de témpanos de la plataforma de hielo Filchner. En aquel momento albergaba una estación de investigación soviética. Moscú envió una expedición para retirar el equipo de la base Druzhnaya 1, por temor a que se perdiera. Pero el iceberg no se alejó mucho de la costa antes de que su profundidad de 400 metros lo anclara al lodo del fondo de Weddell.

«Estuvo en tierra desde 1986, pero eventualmente iba a disminuir de tamaño lo suficiente como para perder agarre y comenzar a moverse. Vi el primer movimiento en 2020», declaró a la BBC Andrew Fleming, un experto en teledetección del BAS (Bristish Antarctic Survey).

A23a ha acelerado en los últimos meses, impulsado por los vientos y las corrientes, y ahora está pasando por el extremo norte de la Península Antártica. Como la mayoría de los icebergs del sector de Weddell, es casi seguro que A23a será expulsado a la Corriente Circumpolar Antártica, que lo arrojará hacia el Atlántico Sur en un camino que se conoce como «callejón de los icebergs».

Las imágenes más recientes del Estudio Antártico Británico (BAS), tomadas desde el buque de investigación RRS Sir David Attenborough, han revelado las enormes dimensiones del iceberg. En varios planos aéreos se muestra la inmensidad de la superficie de hielo, sobre todo en comparación con el buque, que a su lado parece diminuto.

Pero además de grabar al A23a, los investigadores recogieron muestras que arrojarán luz sobre el impacto del cambio climático en el Océano Austral y sus ecosistemas. Laura Taylor, biogeoquímica y miembro del equipo, enfatizó la incertidumbre sobre cómo icebergs de diferentes tamaños y orígenes pueden influir en los procesos ecológicos.

Los científicos seguirán de cerca el progreso de A23a. Si aterriza en Georgia del Sur, podría causar problemas a los millones de focas, pingüinos y otras aves marinas que se reproducen en la isla. El gran volumen de A23a podría alterar las rutas normales de alimentación de los animales, impidiéndoles alimentar adecuadamente a sus crías.

Por otra parte, a medida que estos grandes icebergs se derriten, liberan el polvo mineral que se incorporó a su hielo cuando formaban parte de los glaciares que raspaban el lecho rocoso de la Antártida. Este polvo es una fuente de nutrientes para los organismos que forman la base de las cadenas alimentarias de los océanos. «En muchos sentidos, estos icebergs dan vida; son el punto de origen de mucha actividad biológica», dijo la doctora Catherine Walker, del Instituto Oceanográfico Woods Hole.

comentarios
tracking