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Hidrógeno verdeComunidad de Madrid

El hidrógeno verde coge fuerza respecto al azul por utilizar un tercio menos de agua

Los expertos alertan de que el azul conlleva una serie de amenazas mayores para la seguridad hídrica debido a que se produce con combustibles fósiles

El hidrógeno parece ser la gran apuesta energética para los próximos años debido a que es respetuoso con el medio ambiente y puede suponer una alternativa viable a los combustibles fósiles. Se trata del primer elemento de la tabla periódica, convirtiéndolo en el más abundante pero también en el más liviano del universo, motivo por el que se eleva en la atmósfera y raramente es encontrado en su forma pura.

El principal problema reside en que las energéticas primero deben producir el gas de hidrógeno, una práctica que puede conllevar impactos ambientales. Por ello se clasifican los diferentes tipos de hidrógeno en función del tipo de energía que se utiliza para este proceso, existiendo por ende el hidrógeno verde, rosa-violeta-rojo, amarillo, blanco, turquesa, negro-gris, azul y marrón.

De todos ellos, los más populares son el verde –que se genera a partir del agua, haciendo uso de electricidad procedente de energías renovables–, el azul –aquel que genera emisiones de CO₂ que se capturan para ser posteriormente almacenadas o reutilizadas– o el blanco –el que encontramos en la naturaleza, normalmente en forma gaseosa–.

Pero un informe realizado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y Bluerisk apuesta ahora por priorizar el hidrógeno verde por ser una alternativa «más respetuosa con el clima» debido a su procedencia de energías renovables. Los expertos calculan que el verde utiliza un tercio menos de agua que el azul, que además conlleva una serie de amenazas mayores para la seguridad hídrica debido a que se produce con combustibles fósiles.

El informe, presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) expone que el hidrógeno verde más intensivo en agua también utiliza casi un tercio menos de este líquido por kilogramo de hidrógeno producido en comparación con el azul, que se fabrica a partir de gas natural con captura y almacenamiento parcial de carbono (CCS por sus siglas en inglés).

El texto argumenta que el hidrógeno se promociona como una alternativa a los combustibles fósiles sin tener en cuenta las «grandes cantidades» de agua para su producción, y es que la demanda mundial de agua para producir hidrógeno se triplicará para 2040 y se multiplicará por seis para 2050.

Por este motivo se recomienda eliminar tanto la producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles como aquella que tiene un impacto en los recursos hídricos locales. «Algunas formas de producción de hidrógeno que pretenden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en realidad aumentarán el riesgo de estrés hídrico a nivel local, lo que refuerza el hecho de que el hidrógeno verde es la mejor opción para ayudar a reducir el estrés hídrico», expuso Ute Collier, directora en funciones del Centro de Conocimiento, Política y Finanzas de IRENA.

Se pretende, por ende, priorizar el hidrógeno verde sobre todas las demás opciones. Se trata una tecnología basada en la generación de hidrógeno a través de un proceso químico conocido como electrólisis, un método que utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, produciremos energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

Gran apuesta europea

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, por lo que, tal y como comentan en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es «clave para potenciar la transición hacia un modelo energético impulsado por fuentes de energía renovable».

Y es precisamente el verde una de las principales apuestas a nivel europeo. A principios de año se dio a conocer que Alemania, España, Francia y Portugal se unían bajo el acuerdo H2Med, el corredor submarino de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella. Un proyecto que pretende transportar desde España dos millones de toneladas de hidrógeno verde al año, lo que representará el 10 % del total consumido por la Unión Europea y poder, de esta forma, depender menos del gas ruso y, a la vez, apostar por energías más limpias.

Además de la reducción de emisiones, el hidrógeno verde es muy versátil, ya que puede utilizarse en una variedad de aplicaciones, desde alimentar vehículos hasta ser utilizado en procesos industriales o para generar electricidad. Todo ello sin depender de los combustibles fósiles, puesto que puede ser producido directamente a partir de fuentes renovables, y con la única producción de vapor de agua.