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Imagen satelital de un huracánNASA

La próxima temporada de huracanes promete ser «especialmente activa» en el Atlántico

Las altas temperaturas del océano en combinación con el fenómeno La Niña podría amplificar el período en el que se produzcan estos eventos

Los huracanes no son habituales en España ni en el resto de Europa, pero en otras zonas del planeta, como Norteamérica, sí que están más acostumbrados a estos devastadores fenómenos que, en ocasiones, generan muchísimos daños materiales y personales.

Aunque la temporada de huracanes no comienza hasta el próximo 1 de junio, los expertos miran ya con temor a este período debido a que puedan darse las condiciones para que se desarrollen potentes ciclones.

Aún es muy pronto para pronosticar lo que pueda ocurrir para entonces, pero los primeros pronósticos realizados por expertos en meteorología tropical indican que se tratará de una temporada de huracanes «especialmente activa». Esto se debe principalmente a dos factores: por un lado, el regreso de La Niña –la fase fría del fenómeno, contraria a El Niño–; por otro, a las altas temperaturas que registra el Atlántico.

Este último hecho actúa como 'combustible' de los huracanes. Hasta el momento, las aguas del océano han registrado valores propios de julio –en concreto, 1,2 °C por encima de la media de febrero–, lo que hace anticipar que la temperatura en plena temporada de huracanes será aún más alta.

A pesar de que esto no sea una garantía de lo que va a ocurrir, desde la web especializada Meteored destacan que aumenta «mucho» el potencial de que se produzca una temporada de huracanes activa y, como consecuencia, de que el número e intensidad de los huracanes se encuentre notablemente por encima de la media.

Brian McNoldy, investigador científico de la Universidad de Miami, declaró a CNN que esta temporada «debería avanzar a toda velocidad, ya que no hay factores que vayan en contra de una temporada activa». Según McNoldy, se trata de la continuación de una ola de calor oceánica sin precedentes que comenzó en marzo y no ha cesado desde entonces, impulsada por el fenómeno de El Niño y el aumento de la temperatura global.

«Estamos en febrero y todavía pueden cambiar muchas cosas. Pero si no cambian, podría ser una temporada muy agitada», afirma también a CNN Phil Klotzbach, investigador científico de la Universidad Estatal de Colorado.

Nuevos avisos del NCH

Ante la previsión de una temporada movida, el Centro Nacional de Huracanes (NCH) de Estados Unidos ha querido actualizar su sistema de avisos para una mejor comprensión por parte de los ciudadanos de a pie. El organismo comenzará a emitir un gráfico de cono de pronóstico de ciclones tropicales experimental alrededor del 15 de agosto de 2024, que incluye alertas y advertencias de tormentas tropicales y huracanes en el interior de los EE.UU.

Asimismo, se emitirán avisos en español, segundo idioma más hablado del país y muy común en la zona de impacto de los huracanes, como el Caribe. También se implementará la emisión de alertas y advertencias sobre avisos intermedios, esto es, fuera de las horas fijadas para la publicación de partes cuando se trata de ciclones tropicales de mayor interés.

La temporada 2023 ya fue muy activa

El año pasado ya se dio una temporada récord, y es que durante una temporada promedio, las cuencas de los océanos Pacífico oriental y Atlántico registran 29 tormentas con nombre. Un dato que en 2023 ascendió a 37, según datos ofrecidos por la NASA.

Solo algunas de estas tormentas tocaron tierra como huracanes importantes: Idalia en el Atlántico y Lidia y Otis en el Pacífico. Sin embargo, de todas las tormentas que azotaron estas dos cuencas, casi un tercio tuvo episodios de «rápida intensificación», lo que significa que la velocidad de los vientos aumentó en al menos 56 kilómetros por hora en el transcurso de 24 horas.

Estas tormentas que ganan fuerza rápidamente pueden causar daños a niveles catastróficos, según destaca la NASA, si se fortalecen justo antes de tocar tierra, ya que da poco tiempo a las autoridades para avisar a la población con alertas y evacuaciones. Y es que los modelos actuales pronostican con precisión una rápida intensificación solo alrededor de un tercio de las veces, algo que los expertos prevén que se mejorará a medio plazo.