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Ilustración que muestra la cobertura de hielo por el colapso de la AMOCX @glezjuanje

¿Qué ocurriría si colapsa la corriente meridional del Atlántico? «Parte de Europa quedaría con hielo perpetuo»

Los meteorólogos simulan cómo afectaría ese debilitamiento a nuestro continente, que podría sufrir entre 10 y 30 ºC de descenso térmico

Hace unas semanas una investigación científica publicada en la revista Science Advances generó preocupación entre expertos y ciudadanos. Expertos de la Universidad de Utrech advertían de que la desaparición o colapso de la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC) ocurrirá mucho antes de lo esperado.

Con este término nos referimos al sistema de corrientes oceánicas que transportan agua caliente y sal desde los trópicos hacia el norte y que modulan fuertemente el clima regional y global.

Tal y como explica el doctor en Física y Meteorólogo Superior del Estado, J.J. González Alemán, la circulación termohalina es parte de la circulación oceánica a escala global impulsada por gradientes de densidad, creados por el calor de la superficie y los flujos de agua dulce. La AMOC, por su parte, se refiere a la rama de la circulación termohalina en el Océano Atlántico, que juega «un papel muy importante en el sistema climático al transportar calor hacia el norte en el Atlántico desde zonas tropicales».

Esta circulación se va debilitando, según diversos estudios científicos, a medida que el calentamiento del planeta se acentúa y las aguas superficiales del Atlántico Norte se vuelven menos densas, algo que inhibe la convección invernal. Después de ese aviso de que se estaba produciendo un debilitamiento, ahora la publicación de Science Advances encuentra evidencias sobre el riesgo de un colapso inminente de esa circulación que, aunque no fechan de manera exacta, calculan que se podría dar en las próximas decenas de años.

Cómo afectará al clima

Pero lo que mucha gente se pregunta ahora es qué podría ocurrir si ese colapso de la AMOC finalmente se produce. Estas corrientes modulan fuertemente el clima, por lo que una variación podría traducirse en un enfriamiento generalizado en todo el hemisferio norte J.J. González Alemán ha querido dar respuesta a esta incertidumbre realizando una ilustración basada en simulaciones. Según esta, gran parte del centro-norte de Europa quedaría con hielo perpetuo en invierno.

Este hielo cubriría por completo las Islas Británicas y los países escandinavos, así como el norte de Polonia y Alemania. Además, reaparecerían de forma robusta los glaciares en los Pirineos y los Alpes y aumentaría notablemente el hielo al noroeste del Atlántico. Al otro lado del charco, Estados Unidos también se vería afectada con su vertiente noreste cubierta de hielo, así como casi la totalidad de Canadá.

El creador del mapa, no obstante, matiza que este explicaría solo la cobertura de hielo, y no aquello que suceda en otros aspectos o fenómenos. Igualmente, apunta a que se trata de una «aproximación» y que durante los próximos años aparecerán estudios más profundos sobre el tema que afinarán aún más los impactos asociados a este posible debilitamiento o colapso de la AMOC.

Entre 10 y 30 ºC de descenso

Estas capas de nieve permanecerán durante largos períodos en Europa gracias a la drástica bajada de temperaturas, que en el Viejo Continente podrían ser de entre 10 y 30 grados centígrados menos durante el invierno. De igual manera, se producirían grandes cambios en la precipitación de los trópicos y en toda Europa se fortalecerían las borrascas de invierno, que estarían protagonizadas por ciclogénesis explosivas más frecuentes y potentes que dejarían una mayor proporción de precipitaciones en forma de nieve.

Como consecuencia de este enfriamiento súbito, la vegetación y la productividad de los cultivos irían en claro descenso, también fruto de una disminución del agua disponible. «Nos sorprendieron las respuestas transitorias y los impactos climáticos del colapso de la circulación del Océano Atlántico», dice René van Westen, uno de los científicos que participaron en el estudio. En su simulación, el clima europeo se enfría aproximadamente 1 °C por década, y algunas regiones incluso experimentan un enfriamiento de más de 3 °C por década.