Gran parte de España está amenazada por el hundimiento de sus suelos
Es un riesgo para las infraestructuras construidas en buena parte del mundo, así como para los recursos naturales. Y todo por un posible hundimiento de los suelos que puede ocurrir como resultado de fenómenos naturales –como actividad volcánica o sísmica, colapso de cavidades subsuperficiales– o actividades antropogénicas –exceso de tierra, extracción de agua, minería o extracción de energía del subsuelo–.
Un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters ha realizado el primer mapa mundial de subsidencia del suelo, en el cual la Península Ibérica no sale bien parada. Esta es la consecuencia directa del asentamiento repentino o gradual de la superficie terrestre debido a la eliminación de material del subsuelo.
Este hundimiento del terreno puede causar daños en las diferentes infraestructuras y provocar un aumento de los riesgos de inundaciones, así como la reducción de la capacidad de almacenamiento de los acuíferos y alteraciones en la gestión del agua. Pero las repercusiones podrían ser innumerables, como una mayor intrusión de agua salada como resultado de la reducción de la elevación del terreno, cambios en el gradiente de arroyos y desagües o incluso el derrumbe de edificios y daños en las infraestructuras que pueden conllevar un peligro para las vidas humanas.
Aunque este es un proceso gradual que puede llegar a tardar años e incluso décadas en desarrollarse, presenta graves problemas socioeconómicos, ambientales y de seguridad todos ellos calificados por el estudio como «desafíos a nivel mundial».
Extracción de agua subterránea
La extracción de agua subterránea en áreas densamente pobladas emerge como un factor crucial en el hundimiento del suelo. Generalmente, esta agua se encuentra en capas porosas del subsuelo, lo que ocasiona la compresión progresiva de los sedimentos subterráneos y, eventualmente, la deformación del terreno. Este fenómeno es el foco principal de la investigación, donde los científicos han identificado una relación directa entre la tasa de extracción de agua subterránea y el hundimiento del suelo. Este hallazgo subraya la importancia de abordar estas áreas en la gestión de recursos hídricos para mitigar este riesgo geológico.
Este fenómeno de hundimiento se había observado históricamente en áreas costeras y deltaicas, mientras que ahora se presenta en regiones interiores con alta demanda de agua subterránea. La sobreexplotación de este recurso compacta los depósitos, induciendo el hundimiento. Este problema global requiere una modelización precisa, especialmente dada la dificultad para medirlo directamente.
2.000 millones de personas afectadas
Mediante datos recopilados de estudios de subsidencia del terreno y teledetección, los investigadores crearon 46.000 escenarios. Estos, junto con 23 variables climáticas, geográficas y topográficas, se introdujeron en un modelo de aprendizaje automático. Este modelo es capaz de calcular la extensión total de terreno en riesgo de hundimiento, lo que proporciona información sobre la cantidad de población ubicada en esas áreas.
Con ello, concluyeron que más de 6,3 millones de kilómetros cuadrados de áreas de todo el mundo se están hundiendo a tasas superiores a cinco milímetros al año, lo que afecta a aproximadamente 2.000 millones de personas. Al clasificar el mundo en diferentes zonas según diferentes características, encontramos que los sedimentos no consolidados representan la mayor extensión de subsidencia total.
El sur de Asia es la región más afectada, con el mayor número de personas afectadas. Filipinas, Irán, Costa Rica, Indonesia y Uzbekistán tienen las mayores tasas medias de subsidencia.
Este problema también podría darse en España. Según el mapa del informe, nuestro país se sitúa como una de las regiones europeas con más riesgo. La sobreexplotación de los acuíferos, bastante habitual en nuestro país, ya que cerca del 70 por ciento se encuentran en esta situación, podría provocar este fenómeno natural en zonas muy concurridas y habitadas.
En concreto, en el primer mapa mundial de subsidencia del suelo, aparecen reflejadas amplias áreas del Mediterráneo y el océano Atlántico, como la Región de Murcia, la Comunidad Valenciana y Andalucía, tal y como se puede observar en los mapas aportados por en el trabajo.