Tras las intensas lluvias de Semana Santa, ¿es momento de relajar las restricciones por sequía?
Los embalses han aumentado en más de cinco puntos su reserva hídrica en la última semana y en Andalucía ya se sitúan rondando el 40 % de capacidad
Las precipitaciones que se han registrado en España durante toda la Semana Santa han servido de alivio a buena parte del país, especialmente a Andalucía y Cataluña, que presentaban una situación agónica debido a la sequía. A pesar de la cancelación de muchos de los actos propios de esta importante semana a nivel religioso y cultural, el sacrificio ha valido la pena, ya que las reservas de agua han aumentado significativamente y tanto los agricultores como los ganaderos ven en estas precipitaciones una bendición para su actividad económica.
Según los datos proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) este martes, la reserva hídrica española se encuentra al 63,1 % de su capacidad total, almacenando 35.375 hectómetros cúbicos (hm³) de agua y habiendo aumentado un 5,3 % de la capacidad total en la última semana.
«No será necesario traer barcos»
Una de las regiones más beneficiadas por estas lluvias ha sido Andalucía, donde sus embalses ya rondan el 40 por ciento de capacidad. La cuenca del Guadalquivir ha sido, asimismo, la que más ha notado este aumento, ya que las precipitaciones han dejado más de 1.000 hm3 en solo una semana.
Ante esto, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, recibía con alegría las lluvias de Semana Santa y anunciaba este lunes que ya no será necesario traer barcos con agua a la comunidad de cara al verano, una medida que se había anunciado hace unos meses ante las previsiones de que en el período estival el agua no fuese suficiente para el abastecimiento de los andaluces. A pesar de esto, el popular señaló que no podemos «tirar las campanas al vuelo» porque, aunque las precipitaciones han supuesto un alivio, la sequía no se ha solucionado, sobre todo porque no ha llovido por igual en toda la comunidad autónoma.
No obstante, desde el Gobierno andaluz se aboga ahora por flexibilizar las restricciones actualmente vigentes en el consumo humano de agua en las demarcaciones hidrográficas de su competencia, Mediterráneas Andaluzas, Guadalete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras, que son de una media de consumo de 160 litros por persona y día. Con ello se pretende garantizar el primer lugar el uso doméstico, propiciar que se beneficien los sectores productivos –como la agricultura y la industria– del incremento de las reservas hídricas.
Francisco Javier Flores, vicepresidente de la Sociedad Española de Presas y Embalses (SEPREM), comentaba en una entrevista en Antena 3 que con las precipitaciones de estos días ha mejorado la situación pero «no tanto». Destacaba que la situación de los embalses en la cuenca del Guadalquivir continúa por debajo del 40 % y tan solo algunos embalses pequeños son los que han comenzado a soltar agua.
Los expertos piden, por tanto, prudencia a la hora de suavizar esas medidas restrictivas, sobre todo a las puertas del verano, cuando los ciudadanos tienden a llenar piscinas y el consumo de agua se eleva. Desde la Junta piden no apresurarse a la espera de la inminente convocatoria de los comités de seguimiento de la sequía, pero apuestan por elevar esos 160 litros por persona y día hasta los 180, 200 o 225 litros por persona.
Cataluña supera el umbral de emergencia
Las cuencas internas de Cataluña siguen presentando un estado dramático, al situarse al 16,4 % de su capacidad. No obstante, la reserva ha aumentado desde que se decretó el estado de emergencia y supera ya la barrera necesaria para declararlo, estipulada en el 16 %.
A pesar de que supone un leve respiro, la vicepresidenta de la Generalitat, Laura Vilagrà, ha acabado con todo tipo de optimismo al recalcar que la sequía «sigue siendo intensa y debemos continuar haciendo los esfuerzos por superarla». Desde la Agencia Catalana del Agua (ACA) subrayan la necesidad de un patrón específico de precipitaciones para restablecer las reservas de los embalses de manera efectiva. Según sus explicaciones, las lluvias deben distribuirse de manera uniforme por toda la región y mantenerse de forma constante durante un período prolongado. Este proceso permite que los terrenos saturados cedan el exceso de agua a los ríos y embalses de manera persistente.
De acuerdo con los análisis de la ACA, para experimentar una recuperación significativa en los niveles de agua sería imprescindible alcanzar alrededor de 300 litros por metro cuadrado durante un mes completo. Esta cantidad debería distribuirse de manera generalizada, especialmente en las regiones de los Pirineos y el Prepirineo orientales, que han sufrido los mayores impactos de la sequía.