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Una de las piscinas municipales de Madrid

Una de las piscinas municipales de MadridEuropa Press

Cataluña

El Govern autoriza a rellenar piscinas públicas y privadas, que serán de uso comunitario, como refugio climático

Pasa la patata caliente a los ayuntamientos que deberán decidir aforos, horarios, si se necesitan socorristas o si se pagará

La Generalitat ha aprobado un decreto ley de medidas urgentes por la sequía que actualiza algunas de las herramientas que se pueden usar para hacer frente a la sequía. En este sentido, se abrirá un censo para incorporar aquellas piscinas, tanto públicas como privadas, que estén abiertas a la ciudadanía y que los municipios consideren refugios climáticos.

También se fija un límite de consumo por plaza en los alojamientos turísticos, que equivale al consumo de los ciudadanos a los que se aplica restricciones; y se regula las aportaciones que se hagan desde las desalinizadoras portátiles de titularidad privada. Medidas, ha asegurado la portavoz del ejecutivo, Patrícia Plaja, que se han acordado con el mundo local y económico.

Desde el Govern dejan claro que en los próximos meses continuarán aplicándose restricciones, a pesar de que las reservas de agua han aumentado un 4% gracias a las lluvias del pasado mes de marzo. De ahí que se puedan flexibilizar algunas de las medidas, y que se especifique el concepto de «refugio climático». Por este motivo, los ayuntamientos podrán considerar que una piscina cumple con esta característica, ya sea pública o privada, siempre que sea de uso comunitario, es decir, que esté abierta al público.

En el caso de las privadas se podrán incorporar las de los alojamientos hoteleros, centros deportivos o las piscinas comunitarias, que no particulares, siempre y cuando se llegue a un acuerdo con el ayuntamiento para que «tengan el mismo funcionamiento de una piscina pública». Y podrán rellenarse, eso sí, asegura Plaja, «siempre que se apliquen medidas de ahorro de agua adicional».

En cualquier caso, la Generalitat se ha metido en un lío porque no ha fijado más criterios, y serán los ayuntamientos los que decidan cuantas piscinas tendrán la consideración de refugios, si se deberá pagar o no para acceder a ellas (independientemente que estén un hotel de lujo); si será necesario la presencia de socorristas, y, en definitiva, quién será el responsable en caso de posibles accidentes o mal uso de las instalaciones; y también horarios.

La portavoz del ejecutivo se ha limitado a decir que el Govern se ha limitado a acompañar a los ayuntamientos, que son los que habían pedido una medida de este tipo, y que no quiere interferir en la autonomía local. Porque el objetivo de esta medida, según la Generalitat, es garantizar que la población más vulnerable dispone de equipamientos municipales para minimizar, en la medida de lo posible, los episodios de altas temperaturas. Y la última de sus preocupaciones, es, según Plaja, la piscina que pueda tener un determinado hotel de lujo.

En el caso de los hoteles, el Govern ya abrió la puerta a que estos puedan llenar sus piscinas con desalinizadoras privadas, como hicieron los hoteleros de Lloret de Mar, y, por tanto, no estarán obligados a abrir sus instalaciones al público general.

Limitaciones en hoteles

También se fija un consumo máximo para los establecimientos turísticos por plaza, y será equivalente al consumo doméstico de agua de los ciudadanos. Es decir, se trata de 200 litros por habitante y día de mediana en situación de emergencia, cifra que incluye en consumo doméstico y los usos que se hacen dentro del municipio. En este caso se establece 115 litros por plaza en fase de excepcionalidad; 100 litros en situación de emergencia I y 90 litros en fase de emergencia II.

En aquellos municipios en los que se superen las dotaciones máximas establecidas durante tres meses consecutivos, las limitaciones de consumo tendrán carácter obligatorio para los establecimientos que estén allí situados.

Además, se modifica el régimen sancionador, de tal forma que las multas por infracciones tendrán carácter trimestral y no mensual, como hasta ahora, para que «la valoración sea más dilatada en el tiempo» y se ajuste mejor a las circunstancias de cada momento.

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