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El cobre experimenta un notable auge impulsado por la transición energética

Este elemento es necesario para la fabricación de los vehículos eléctricos, los paneles solares y los aerogeneradores

El precio del cobre está experimentando un notable ascenso impulsado por una demanda creciente, especialmente debido a su papel fundamental en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles, como los vehículos eléctricos, los paneles solares y la energía eólica.

Desde febrero, los precios del cobre han mantenido una tendencia alcista, alcanzando un hito este viernes al superar los 10.000 dólares por tonelada en la Bolsa de Metales de Londres (LME), llegando a alcanzar los 10.033,50 dólares antes de retroceder ligeramente. Esta subida sitúa al metal rojo cerca de su máximo histórico de 10.845 dólares por tonelada, alcanzado en marzo de 2022 durante el período de alta volatilidad provocado por la invasión rusa de Ucrania.

En medio de este floreciente mercado, la minera británica Anglo American rechazó una oferta de compra de su rival australiana BHP por 38.800 millones de dólares, considerándola insuficiente y poco atractiva.

El cobre ha sido reconocido como el «nuevo petróleo» en el contexto de la transición hacia una economía más verde. Su alta conductividad y maleabilidad lo convierten en un material indispensable para una amplia gama de aplicaciones, desde la construcción hasta los vehículos eléctricos y las infraestructuras de energías renovables.

Ole Hansen, analista de Saxobank, destaca la importancia crucial del cobre en la transición verde, especialmente en la infraestructura para energías renovables, como paneles solares y turbinas eólicas, así como en los vehículos eléctricos.

La creciente demanda de cobre también se atribuye a la necesidad de modernizar las redes eléctricas, el aumento del consumo de energía y su uso en el almacenamiento de energía en baterías.

Sin embargo, la oferta de cobre se enfrenta a presiones significativas debido a huelgas, tensiones geopolíticas, nuevas regulaciones y la disminución de la cantidad de metal disponible en yacimientos en declive. La exploración minera es un proceso costoso y a menudo lleva años desde el descubrimiento de un depósito hasta su extracción comercialmente viable.