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Imagen de una polilla

Imagen de una polillaCreative Commons

¿Tu casa está llena de polillas este año? Los trucos para eliminarlas

Ciudadanos de varias zonas, mayormente de Madrid, denuncian en redes sociales que estas mariposas nocturnas están invadiendo los hogares

Son muchas personas las que este año están notando un aumento de la presencia de polillas revoloteando en sus casas. Con la llegada del calor en los últimos días, estos insectos han comenzado a colarse en los hogares, causando daño en la ropa, en los libros y en algunos muebles, como sofás o sillas. Numerosos tuiteros así lo expresan, especialmente residentes en Madrid, que denuncian que ejemplares «del tamaño de un helicóptero» están entrando en los hogares, aunque no hay datos que certifiquen que se trate de ninguna plaga.

Estos bichos son inofensivos para los humanos, pero son normalmente sus larvas las que se alimentan de queratina, una proteína producida por los animales y que está presente algunos tejidos naturales como la lana, las plumas, la seda o las pieles.

La hembra adulta de polilla puede poner hasta 100 huevos, que tardan entre cinco y diez días en eclosionar en verano. Por lo tanto, hay que procurar matarlas a tiempo antes de que lleguen a depositar esos huevos.

Para evitar su proliferación es importante tener en cuenta varios factores. Por ejemplo, la limpieza es esencial: a las polillas les gustan las prendas y tejidos sucios, que puedan contener restos de sudor o comida, por lo que conviene lavar bien la ropa antes de volverla a meter en los armarios, así como tener las alfombras bien aspiradas y las cortinas libres de polvo.

Igualmente, cuando hagamos el cambio de armario, hay que guardar la ropa limpia y en bolsas herméticas para evitar que los insectos se cuelen y nos destrocen las prendas.

La humedad también favorece su desarrollo, por lo que conviene controlarla, en especial en zonas como la cocina y el baño. La presencia de alimentos es otro factor crucial, ya que se sienten atraídas ante cualquier resto orgánico, así como a los tarros que contienen cereales, harina, legumbres o especias.

Repelentes

Existen también repelentes caseros que pueden servir para ahuyentar la presencia de estos molestos visitantes. La piel de los cítricos, por ejemplo, les es desagradable. Por ello, si las dejamos secar y las introducimos en bolsitas para dejar en los armarios podremos evitar su existencia.

Las ramas de laurel también han sido siempre un elemento útil para ahuyentar a estos insectos. Al poner hojas suelas por los cajones de la cocina podremos evitar que acudan a comer restos de comida.

Otro tuco consiste en llenar un vaso de clavo de olor, una especia natural y fácil de conseguir, y colocarlo en las ventanas y otras zonas por las que puedan colarse las polillas. El clavo emana un olor que repele a los insectos, por lo que también hay gente que lo coloca en los bolsillos de los abrigos o incluso en el tendedero, para evitar que pongan huevos mientras la ropa se seca.

Si ya tenemos polillas en casa, deberemos proceder a eliminarlas, así como cualquier alimento que esté infectado por las larvas. Tras ello, habrá que analizar minuciosamente los armarios y la cocina para identificar cualquier resto de huevos, ya que si no seguiremos contando con la presencia de más insectos.

Para ello, se deberá limpiar a fondo y utilizar un insecticida o una mezcla de agua con vinagre blanco. Asimismo, se pueden utilizar trampas con feromonas que atraen a los machos adultos o, si la infestación ya es severa, acudir a un profesional de control de plagas para que aplique tratamientos específicos.

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