Araña violinista: qué hacer si te muerde esta peligrosa especie y en qué lugares de España se encuentra
Su ataque produce frecuentemente reacciones sistémicas severas e incluso la muerte, y es que aunque no sea agresiva su veneno puede ser muy perjudicial
Hace unas semanas el medio local El Correo confirmaba que se había registrado el primer caso de mordedura de una araña violinista en España, concretamente en la localidad vizcaína de Santurce. La víctima, un hombre de 42 años, fue atacado por el insecto en su propia casa varias veces entre mayo y septiembre, ante lo que se le drenó la herida y fue tratado con antibiótico. Esta intervención, no obstante, se debió a la pronta identificación del insecto, de ahí la importancia de reconocerla.
Este arácnido (Loxosceles laeta), también llamado reclusa chilena o araña del rincón pertenece a la familia de Sicariidae y suele esconderse en grietas y rincones de difícil acceso. Tiene un tamaño de entre 8 y 30 milímetros, es marrón y tiene marcas en el lado dorsal del tórax con una línea negra que parte de ahí con forma de violín. Además, a diferencia de la mayoría de arañas, que tienen ocho ojos, esta cuenta con seis organizados en pares y tiene la capacidad de mimetizarse bien en el medio debido a su color oscuro.
Su mordedura es especialmente peligrosa, ya que produce con frecuencia reacciones sistémicas severas e incluso la muerte. La acción de su veneno es esencialmente proteolítica y necrótica, es decir, disuelve los tejidos causando la muerte celular.
Tienen costumbres nocturnas, por lo que prefieren lugares oscuros y recónditos, como cuevas, pero también en los hogares, siendo habitual en sótanos y desvanes, grietas, detrás de los armarios, tanques de gas o cuadros. Además, incrementa su actividad en noches veraniegas calurosas y con luna.
Su presencia en España
Pero, ¿cómo de común es este arácnido en España? Tal y como han confirmado expertos a Efe, esta especie lleva décadas conviviendo con los humanos en la Península Ibérica y no es agresiva. Aunque es nativa de América Latina –siendo muy común en Chile, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil–, la globalización ha propiciado su extensión a otros continentes, como es el caso de Europa.
En España, en concreto, conviven tres especies de arañas del género Loxosceles. Una de ellas es endémica del Mediterráneo y menos peligrosa (Loxosceles rufescens), mientras que las otras dos, de origen latinoamericano, son menos comunes pero altamente venenosas (Loxosceles reclusa y Loxosceles laeta).
El caso de Santurce es el último en nuestro país, pero no el único. Aunque los ejemplares de esta especie que contienen el peligroso veneno son escasos, ya se han producido varios accidentes o avistamientos en Ibiza en 2021, en Madrid en 2017 o en Valencia en 2006. Al ser una especie propia del continente americano, se podría encontrar prácticamente en cualquier punto de España, porque ha venido transportada por los humanos.
Este insecto es asustadizo y bastante rápido y se puede detectar su presencia gracias a los exoesqueletos que va dejando debido a la muda que realiza, y es que un solo individuo puede llegar a dejar tres mudas antes de alcanzar su tamaño adulto. Su telaraña también es particular: tiene una presencia desordenada e irregular y se suele localizar en las esquinas en forma de hamaca.
Qué hacer si te muerde
La mordedura de la araña violinista requiere atención médica inmediata. Los expertos aconsejan limpiar la herida solo con agua y jabón y tomar una foto del insecto para facilitar su identificación y la aplicación del antídoto correcto. A continuación, es fundamental dirigirse al centro médico más cercano.
Los síntomas de la picadura de la araña violinista incluyen dolor en el área afectada, enrojecimiento e hinchazón. Además, la zona se sentirá caliente. Otros síntomas pueden ser fiebre, náuseas, dolor abdominal y vómitos.
Por todo ello, es esencial mantener al afectado en reposo y en una posición cómoda, comprobar su temperatura y elevar el miembro si presenta tumefacción o edema. Su veneno es tan potente que puede llegar a destruir tejidos alrededor de la mordedura, por lo que es esencial la celeridad a la hora de acudir a un profesional médico.
Para evitar este desagradable acontecimiento, se aconseja sellar grietas y mantener una buena higiene en el hogar, incluyendo sótanos o desvanes. De sospechar que este insecto se puede encontrar en casa, conviene el uso de guantes para manipular cajas o mover muebles, ya que así se evitará que te muerda en las manos.