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16 de septiembre de 2024

Cerradas las playas de San Borondón y Palos, en Telde

Cerradas las playas de San Borondón y Palos, en Telde

Gran Canaria declara la situación de emergencia por un vertido de fuel

El presidente del Cabildo también expresó su preocupación por la posibilidad de que afecte a la planta desalinizadora, lo que podría desencadenar un grave problema en la producción de agua para la isla

La Dirección del Plan Insular de Protección Civil de Gran Canaria (PEIN), dependiente del Cabildo, ha declarado la situación de emergencia a partir de las 13:00 horas de este jueves, tras un episodio de contaminación marina que afecta a los municipios de Las Palmas de Gran Canaria y Telde. El incidente se produjo debido al vertido de aproximadamente tres toneladas de fueloil en el interior del muelle Virgen del Pino, en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. Este vertido ha generado una extensa mancha de combustible que, en las últimas horas, ha salido del recinto portuario y alcanzado la costa, afectando a la playa de Bocabarranco, según ha informado el Cabildo Insular.

La declaración de emergencia se ha realizado en virtud de la activación de la alerta por parte de la Dirección General de Emergencias, en aplicación del Plan Territorial de Emergencia de Protección Civil de la Comunidad Autónoma de Canarias (PLATECA). La rápida intervención ha sido clave para coordinar esfuerzos y contener los efectos de esta emergencia ambiental.

Raúl García Brink, consejero insular de Medio Ambiente, participó en la reunión de coordinación organizada en el Centro Coordinador de Emergencia y Seguridad (CECOES). En este encuentro estuvieron presentes representantes de los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria, Telde y de municipios de la zona sureste, ya que se teme que la mancha de fueloil pueda continuar su desplazamiento hacia sus costas. García Brink destacó la disposición del Cabildo para colaborar en todo lo necesario y aportar los medios requeridos para enfrentar esta crisis y resolverla lo antes posible.

En el momento de las declaraciones del consejero, la mancha de fueloil tenía ya una extensión de aproximadamente 2,5 kilómetros de largo por 400 metros de ancho, avanzando a una velocidad de 0,5 millas por hora. Sin embargo, se esperaba que el ritmo de avance aumentara debido a las corrientes marinas en la zona. De hecho, García Brink informó que la mancha ya había alcanzado la costa de La Garita, en Telde, y continuaba su avance hacia el sureste, amenazando los espacios naturales protegidos de Jinámar, Tufia y Punta de la Sal.

En respuesta a la situación, se ha activado un Puesto de Mando Avanzado en la zona de La Restinga, en la costa de Jinámar, para seguir de cerca la evolución del vertido. Desde este puesto, García Brink pudo observar los daños potenciales que el fueloil podría ocasionar en los ecosistemas costeros, particularmente en los invertebrados que habitan la zona. La contaminación podría afectar también a las aves que se alimentan de estos invertebrados, como las garcetas, los zarapitos y los vuelvepiedras, especies habituales en este entorno.

David Godoy, responsable técnico de la Consejería insular de Medio Ambiente de la Zona Especial de Conservación de Jinámar, informó que la mancha de combustible se aproximaba peligrosamente a la playa de Jinámar, que forma parte del Sic de Jinámar (Zona de Especial Conservación). Desde esa posición, fue testigo de los esfuerzos realizados por Salvamento Marítimo para dispersar y evaporar el combustible, además de las acciones para proteger la estación desalinizadora de Jinámar, una instalación crucial para el suministro de agua potable en la isla.

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, también expresó su preocupación por la posibilidad de que el vertido afecte a la planta desalinizadora, lo que podría desencadenar un grave problema en la producción de agua para la isla. Morales subrayó que el Cabildo estará vigilante y seguirá de cerca la evolución del vertido, colaborando con todos los recursos disponibles para mitigar los daños y encontrar una solución rápida a la crisis.

El esfuerzo coordinado de las autoridades y los organismos de emergencia es fundamental para minimizar los efectos de este incidente, que plantea riesgos significativos tanto para el medio ambiente como para las infraestructuras esenciales de la isla.

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