Suiza rechaza en referéndum aumentar la protección medioambiental
Tanto el gobierno como el parlamento suizo se manifestaron en contra, argumentando que implementar más protecciones tendría un impacto negativo en sectores clave de la economía
Los votantes suizos rechazaron dos propuestas clave en los referendos celebrados el domingo, según los resultados proyectados: una para reforzar la protección de la biodiversidad y otra relacionada con una reforma del sistema de pensiones. Las proyecciones del instituto de encuestas gfs.bern, publicadas tras el cierre de las urnas, confirmaron estos rechazos, en línea con lo que ya anticipaban las encuestas previas.
Aunque Suiza es conocida por sus paisajes naturales, los ambientalistas han advertido sobre el deterioro de sus ecosistemas y pidieron apoyo a los votantes para implementar medidas más amplias en defensa de la biodiversidad. Sin embargo, la propuesta fracasó, con solo el 37 % de los votantes respaldándola.
La propuesta, denominada «Por el futuro de nuestra naturaleza y paisaje», fue impulsada por varias organizaciones ecologistas, como Pro Natura y BirdLife, quienes subrayaron la urgencia de proteger la biodiversidad del país. Estas organizaciones advirtieron que Suiza cuenta con uno de los índices más altos de especies y ecosistemas amenazados entre los países de la OCDE. Sarah Pearson Perret, directora de Pro Natura, citó un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente que evidencia la gravedad de la situación.
Este estudio, publicado en 2020, reveló que el porcentaje de áreas protegidas en relación con el tamaño total del territorio es menor en Suiza que en cualquier otro país de Europa. A pesar de estos argumentos, los votantes no apoyaron la propuesta de ampliar las medidas de protección.
El gobierno suizo invierte actualmente alrededor de 600 millones de francos suizos al año para la preservación de la biodiversidad. Sin embargo, las organizaciones detrás del referéndum consideraban que esta cantidad era insuficiente para enfrentar los desafíos actuales. Aunque no especificaron cuánto más debería invertirse, propusieron aumentar el presupuesto destinado a la biodiversidad y ampliar las áreas protegidas en el país.
Este rechazo se produce en un contexto internacional donde, en 2022, se alcanzó un acuerdo histórico sobre biodiversidad en Montreal. En ese acuerdo, se estableció el objetivo de proteger al menos el 30 % de las tierras y océanos del planeta para 2030. Sin embargo, según la Oficina Federal de Medio Ambiente de Suiza (FOEN), solo el 13,4 % del territorio suizo está dedicado actualmente a la conservación de la biodiversidad, lo que indica una clara brecha respecto a los compromisos internacionales.
La FOEN ha reconocido que la protección de la biodiversidad en Suiza es insuficiente. Según sus informes, la mitad de los entornos naturales del país y un tercio de sus espacios están en peligro, siendo los ecosistemas acuáticos y las marismas los más amenazados. Las organizaciones ecologistas describieron la situación como «alarmante» y señalaron que la extinción masiva de especies podría tener graves repercusiones para los humanos.
A pesar de estas advertencias, tanto el gobierno como el parlamento suizo se manifestaron en contra de la propuesta, argumentando que las medidas actuales ya son adecuadas y que implementar más protecciones tendría un impacto negativo en sectores clave de la economía, como la agricultura, la construcción y la producción de energía.
El rechazo a esta iniciativa refleja las tensiones entre la necesidad de proteger el medio ambiente y las preocupaciones sobre el impacto económico que dichas medidas podrían tener.
Los votantes suizos rechazaron también una reforma del sistema de pensiones, respaldada por el gobierno, con solo el 31 % de apoyo, según proyecciones. La reforma proponía aumentar las contribuciones de empleadores y empleados al fondo ocupacional obligatorio, conocido como el segundo pilar del sistema de pensiones. Este pilar está subfinanciado debido a los bajos rendimientos financieros y el aumento de la esperanza de vida. Los sindicatos criticaron la reforma, calificándola de «estafa», ya que obligaría a mayores aportaciones con menores beneficios.