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Foto de archivo de una farola en un parqueFreepik

Encender las farolas a través del móvil: una ciudad prueba esta técnica para ahorrar luz

Este sistema se encuentra en fase de prueba hasta diciembre, y los residentes pueden compartir su opinión a través de un formulario

A las diez de la noche, el alumbrado público se apaga en ciertas calles de Gennevilliers, en Francia. Sin embargo, esto no afecta a todos los residentes. Desde el 3 de septiembre, los habitantes de la ciudad pueden encender las luces de su calle cuando lo necesiten, gracias a un nuevo servicio denominado «J'allume ma rue» («Ilumino mi calle») al que se puede acceder desde su smartphone.

Para activarlo, los usuarios deben situarse cerca de las farolas y, a través de su teléfono móvil, acceder al sitio web, tal como explica Sekhou Diakhité, encargado del servicio de redes públicas de Gennevilliers, a News Paris. Una vez en la página, basta con hacer clic en el botón «lámpara» para que la farola se encienda. La luz permanece activa durante cinco minutos, tiempo suficiente para que los transeúntes continúen su camino.

Este sistema se encuentra en fase de prueba hasta diciembre, y los residentes pueden compartir su opinión a través de un formulario. Si el resultado es positivo, podría implementarse en toda la ciudad. Asimismo, el municipio está evaluando un sistema similar al que ya emplean ciudades como Lille y Boulogne-sur-Mer, donde el alumbrado público se activa mediante sensores de movimiento. La ciudad, que actualmente gasta alrededor de 600.000 euros anuales en electricidad, espera reducir costos con esta iniciativa.

Un beneficio adicional de este sistema ha sido la mejora en la calidad del sueño de los vecinos, quienes han escrito al ayuntamiento comentando que duermen mejor desde que su calle queda a oscuras durante la noche.

Este tipo de experimentos con el alumbrado público ya se han llevado a cabo en otras poblaciones, como es el caso de la instalación de luces rojas en las farolas de varias localidades suecas y danesas. La luz roja, con su longitud de onda más larga y menor energía, produce menos deslumbramiento e interferencia con el cielo nocturno. Además, afecta menos a la melatonina y al sueño, ya que se asemeja más a la luz natural del atardecer.