Los geólogos piden mejorar la prevención tras la DANA: «Se construye sin control en zonas de riesgo»
Advierten que las DANA serán cada vez más frecuentes y, aunque no necesariamente de mayor magnitud, es crucial minimizar sus daños
Geólogos han solicitado a través de Europa Press implementar medidas para reducir los daños urbanos ante la posibilidad de que las DANA se vuelvan más frecuentes en el futuro, como la reciente que ha afectado a la Comunidad Valenciana, dejando un saldo de más de 200 víctimas mortales.
En este contexto, Nieves Sánchez Guitián, presidenta del Colegio Oficial de Geólogos, ha destacado la necesidad de mejorar la prevención y concienciar a la ciudadanía sobre los riesgos, promoviendo comportamientos responsables. Critica, además, que actualmente se construya «sin control» en zonas de riesgo, debido a la falta de regulación por parte de las autoridades, quienes tampoco informan a los habitantes si sus viviendas están en áreas propensas a inundaciones. Según Sánchez Guitián, «si se tuviera conciencia del riesgo, actuaríamos de forma más responsable».
Sánchez Guitián insta a las autoridades a fomentar una «cultura de la prevención» que permita a la población gestionar mejor estos riesgos. Como ejemplo, explica que, al saber que una planta baja de una residencia de ancianos podría inundarse, sus administradores podrían tomar precauciones en días de alerta meteorológica, evitando situaciones de riesgo.
Respecto a esta DANA en particular, Sánchez subraya que su impacto se debe tanto a la falta de previsión y ausencia de mapas de riesgo como a una escasa cultura de seguridad en la sociedad. «Al igual que los incendios se evitan trabajando en prevención durante el invierno, lo mismo debe aplicarse aquí», agregó.
La presidenta también propone un cambio de enfoque en la gestión de emergencias, afirmando que estas no son «actos divinos» sino situaciones evitables si se utiliza el conocimiento disponible y se involucra a la ciudadanía en la gestión de riesgos.
Por su parte, el geólogo Andrés Díez Herrero, del Instituto Geológico Minero (IGME, CSIC), señala que la creciente urbanización del territorio ha exacerbado los efectos de las DANA. A modo de comparación, recordó una DANA similar en Cataluña en 1617, que tuvo un impacto menor debido a la escasa urbanización de la época. Explica que la urbanización actual ha impermeabilizado el suelo y canalizado ríos, lo que aumenta el flujo de agua y el riesgo de desbordamientos.
Díez Herrero también anticipa que las DANA serán cada vez más frecuentes y, aunque no necesariamente de mayor magnitud, es crucial minimizar sus daños. Sostiene que las calles seguirán inundándose, pero es importante evitar que estas inundaciones causen pérdidas humanas y materiales. Para ello, sugiere combinar medidas estructurales como la construcción de presas y diques, con soluciones no estructurales o «verdes», como la revegetación de cuencas y la creación de áreas de desbordamiento controlado, que pueden reducir la velocidad y volumen del agua en zonas urbanas.
Finalmente, Díez subraya que, aunque las infraestructuras tradicionales han funcionado en situaciones ordinarias, presentan limitaciones tanto económicas como ambientales y, ante fenómenos extremos, se ha demostrado que a veces no son efectivas. Recomienda, en cambio, enfoques sostenibles basados en la naturaleza, como áreas de desbordamiento preferente y ampliación de cauces, que ya han demostrado efectividad en otras regiones de España, como en León o Navarra.