
Varias personas caminan por el Puente Romano con la imagen del arcángel San Rafael de Córdoba con el cielo cubierto por la calima
La gran calima de 2022 se originó en Argelia y su radiactividad fue inocua
Los análisis realizados en las muestras recogidas durante el episodio arrojaron un nivel medio de cesio radiactivo de 14 becquerelios por kilo
Una investigación liderada por las universidades de Oviedo y París-Saclay ha determinado que el episodio de calima que afectó a España en marzo de 2022 tuvo su origen en el sur de Argelia. Además, el estudio concluye que el material radiactivo transportado por la nube de polvo no representaba un riesgo para la salud y no estaba relacionado con las pruebas nucleares francesas, como se ha afirmado en algunas ocasiones.
El estudio ha sido publicado recientemente en la revista Science Advances de la Academia Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS). A través de análisis geoquímicos y mineralógicos, combinados con imágenes satelitales, los investigadores lograron identificar con precisión el punto de origen del fenómeno y confirmar que la cantidad de material radiactivo presente era «muy inferior» a los niveles considerados peligrosos para los seres humanos, según un comunicado de la Universidad de Oviedo.
Uno de los hallazgos más relevantes de la investigación es que, a diferencia de lo que se ha sostenido en el pasado, la radiactividad presente en la calima no proviene de las pruebas de bombas nucleares realizadas por Francia en el desierto argelino en la década de 1960.
El profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, Germán Orizaola, señaló que estos episodios de calima suelen ser muy llamativos y pueden generar alarma social debido a la posible presencia de material radiactivo. Esto se debe a que una de las principales zonas de origen del polvo coincide con el área donde Francia detonó 17 bombas nucleares hace más de 60 años. Sin embargo, el estudio desmiente la relación entre ambos hechos.Los análisis realizados en las muestras recogidas durante el episodio de calima arrojaron un nivel medio de cesio radiactivo de 14 becquerelios por kilo (Bq/kg), una unidad que mide la actividad radiactiva. Para poner esto en contexto, los niveles permitidos en productos alimenticios son de hasta 1.000 Bq/kg, mientras que los alimentos infantiles tienen un límite de 400 Bq/kg. Estos datos indican que la cantidad de radiación presente en la calima estuvo muy por debajo de cualquier umbral peligroso.
Además, el estudio encontró que las proporciones de plutonio y cesio radiactivos no corresponden con la señal dejada por las pruebas atómicas francesas. En cambio, coinciden con el rastro global de radiación derivado de los ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética y Estados Unidos entre las décadas de 1950 y 1960.
Estos resultados permiten desmentir mitos sobre la relación entre la calima y las explosiones nucleares francesas, aportando datos científicos que confirman la seguridad de este fenómeno en términos de radiactividad.