Tecnología
California vacía Silicon Valley y provoca el éxodo de las empresas a Texas
Austin atrae al sector tecnológico y a los jóvenes en busca de empleo a su nuevo 'Silicon Hills'
«Es más fácil hacer negocios en Cuba que en San Francisco», es una frase que recogía The Economist en boca de un directivo de una tecnológica con sede en California.
«En California se han dormido en los laureles», comentaba el propio gobernador de California Gavin Newson, del Partido Demócrata.
Son dos expresiones que muestran la realidad del que fue el estado prospero y rico que permitió a las tecnológicas poner en marcha sus negocios. El motivo del nombre de valle del silicio todavía queda más atrás en la historia. California es una zona rica en este conductor que se utiliza mucho en la tecnología.
Apple, Google, Facebook tienen detrás esa historia tan reflexiva y profunda de cómo empezaron. Los garajes, las noches sin dormir, las luchas de egos, el gran público facebookeando como se veía en la película La red social que contaba magistralmente los inicios de Mark Zuckerberg cuando Facebook era algo mucho menos peligroso que ahora.
Ese «bastión progre» como han calificado desde el Partido Republicano a California, se desmorona. Uno de los estados preferidos de los demócratas asiste atónita a cómo las grandes tecnológicas descentralizan sus negocios, en el mejor de los casos, cuando no ponen rumbo a Texas sin dejar rastro de sus impuestos, en el peor.
En los últimos años el éxodo suma ya 9.000 empresas y un empobrecimiento de 60.000 millones de dólares. Una zona montañosa de Austin llamada Sillicon Hills es el lugar donde se están trasladando empresas como Dropbox, Intel o Tesla.
El éxodo de California suma ya 9.000 empresas y un empobrecimiento de 60.000 millones de dólares
No hay truco. Texas tiene niveles récords en inversión destinada a startups. En 2019 sumó casi dos millones de dólares, un 20% respecto a 2018 y casi un 90% respecto a 2017. Austin se ha comido a Los Ángeles con un aumento de población joven espectacular y una gran oferta laboral donde casi todos los puestos son en tecnológicas.
Elon Musk ha sido el último en salir de California. La pandemia le obligó a cerrar sus factorías más tiempo de lo que él había estimado y cargó duramente contra las leyes. Incluso Trump le apoyó en la causa de reabrir en mayo de 2020.
Oracle también se ha instalado en Austin. El mismo camino que han tomado HP o Apple que ya invierte en un enorme complejo tecnológico en la zona, aunque, lógicamente, no va a abandonar su flamante centro de operaciones en Sillicon Valley.
Y, fuera de la tecnología, el deporte. El Austin FC es un equipo de fútbol propiedad de Matthew McConaughey que disputa su primera temporada en la MLS. El Q2 Stadium estaría libre de impuestos por lo que los más de 200 millones de su inversión estarían más que justificados.
Texas recluta el talento que destierra California. El precio de la vivienda ha subido y dobla a lo que se paga en Austin, los impuestos han crecido y ya no son atractivos para los negocios, los requisitos para emprender son muy completos y la burocracia ya se parece a la de España. California se ha ahogado en su propio sistema impositivo y ha hecho más pobres a sus ciudadanos. Ha querido obtener beneficios de las empresas y eso ha provocado que todo lo que rodea a la industria se encarezca.
Texas y California. Republicanos y demócratas. La tecnología ha vaciado el silicio del Pacífico y se instala en las tierras áridas del sur por culpa de las políticas demócratas. Mientras, Frederick Terman un profesor de Stanford que en 1939 considerado el padre intelectual de Silicon Valley, se remueve en su tumba viendo la decadencia de la meca de la tecnología.