Mundos paralelos
El metaverso en prosa: el señuelo de Facebook que nos revela el futuro
El nuevo modelo de Internet lleva entre nosotros muchos años en periodo de pruebas y sin que nos diéramos cuenta
«Es una internet corpórea en la que ya no miras contenidos, estás dentro de ellos». Eso dijo Mark Zuckerberg sobre el metaverso hace unas semanas en The Verge, la publicación que está detrás de las últimas noticias sobre Facebook que incluyen hasta el cambio de nombre.
El metaverso ha venido para quedarse entre nosotros. Empieza a formar parte de nuestro lenguaje como en su día fue «posverdad». Algunos ya saben lo que es, otros preguntan abiertamente y otros fingen saberlo porque no quieren que se note que ni lo entienden ni les interesa.
El término metaverso procede del inglés metaverse y es una contracción de meta universe. Tiene su origen en la novela «Snow Crash» publicada en 1992 por Neal Stephenson. El término se emplea para describir mundo paralelo digital en el que se representa la realidad.
Si el cine ya representó esa realidad en Matrix (1999), Real Player One (2011) o Halt and Catch Fire (2014) ¿Cómo es posible que las tecnológicas de Silicon Valley no se hayan puesto a trabajar en ello? Se habla de un filón económico de 800.000 millones de dólares y ya se comenta que Epic Games, Microsoft o Roblox trabajan en el metaverso.
Zuckerberg ha tenido que sacar el as de la magna para poner fin al principio del fin que se avecina sobre Facebook. Su red social ha pasado a ser un vertedero de contenidos sin valor porque su único valor que era conectar personal ya lo ha cumplido con creces en los últimos años. Ahora Facebook influye en elecciones, es un peligro para los jóvenes, tiene tintes racistas, lo usan los servicios de inteligencia… nada bueno rodea a la red social.
Desde California han lanzado la carta para todos creamos que esto acaba de llegar cuando llevamos años siendo conejillos de indias de los experimentos de las tecnológicas. El 3D entró fuerte en las casas con teles y reproductores que elevaban los personajes de las películas para que pudiéramos tocarlos. La experiencia no tuvo buena acogida y en 2021 no hay fabricantes que apuesten ya por ese modelo en sus productos.
Oculus
De ahí pasamos a las gafas virtuales. Facebook es el propietario de Oculus, una división que se dedica a la realidad virtual desde 2012 con sus modelos Rfit, Go y Quest. La realidad virtual que presenta esta tecnología sí que se ha implantado y aunque no es popular permite que se vayan desarrollando nuevos modelos en busca de una realidad virtual general.
De costa a costa. De California a Florida, al campus universitario de Saint Leo. Allí nació Liden Lab, propietario de la comunidad virtual Second Life en 2003. En 2008 ya tenía 13 millones de cuentas y 20 millones en 2010 aunque los datos no son fiables porque muchas no podían acceder al metaverso por los altos requisitos técnicos de los ordenadores.
Si esa red social existe en 2021 es porque hay interés en ella. En 2013, Edward Snowden filtró que la NSA y la CIA estuvieron vigilando y recogiendo datos de lo que sucedía en Second Life. Los 500 millones de dólares que llegó a tener de presupuesto el metaverso hizo pensar que había algo más allá.
El metaverso no ha llegado ahora. Pero sí que interesa que vayamos conociendo cómo vamos a funcionar en los próximos años. Ese mundo paralelo al que accederemos con unas gafas de realidad virtual o con otros adelantos que están por llegar. Entraremos a un mundo virtual con nuestro avatar personal para reunirnos, buscar trabajo, probarnos ropa o rezar. La vida en el metaverso, pero ¿a quién pertenece?