Futuro modelo de pago
Twitter es para cotillas, según un estudio
La red social se ha convertido en una sala de prensa para muchas personalidades que utilizan la red social para lanzar sus mensajes
El estudio de Pew Research Center se refiere a estadounidenses en Twitter y dice que el 25 % de los adultos que entran en esa red social lo hacen para leer y no para escribir. Ese dato explica por qué Twitter quiere convertirse en una red social de pago. El comportamiento de parte de su audiencia es la de consumir contenidos, pero no expresar su opinión. Si esos contenidos pasan a ser de pago, Twitter permitirá a los creadores ganar dinero y ellos se llevarán su comisión. Un muro de pago peligroso.
El cotillear en Twitter tiene un abanico muy amplio de explicaciones:
Famosos
Aunque muchos famosos han decidido pasarse a Instagram, no todos son capaces de compartir una imagen por cada comentario que hacen. En Twitter pueden opinar o posicionarse sobre algo en 240 caracteres y sin una sola foto. Desde presidentes de Gobierno a deportistas o grandes multinacionales. Todos utilizan Twitter para difundir comunicados o dar explicaciones y la prensa lo considera ya un medio oficial por lo que equivale a una rueda de prensa sin preguntas.
Informarse
La posibilidad de crear listas de seguimiento en Twitter es un método muy interesante para recibir información de todos los medios. Solo hace falta crear la lista y seguir a tantos medios como noticias se quiera recibir. El siguiente paso es leer el timeline para estar al día, o más profesional, ajustar las alertas para recibir un mensaje cada vez que una cuenta escriba un tuit.
Anonimato
Los personajes relevantes tienen sus propias cuentas oficiales de Twitter donde guardan un perfil más neutral. Pero la necesidad de bucear por lo que se comenta en la red social azul los lleva a crear cuentas anónimas solo para seguir a otros personajes y tomar el pulso a Twitter. Algunos incluso opinan, pero no es lo normal. Uno de los casos que se hizo público hace años fue el de Fernando Alonso, según comentó el periodista Antonio Lobato, tenía un perfil en Twitter desconocido para poder interactuar o cotillear sin ser noticia por a quién sigue o qué dice.