Los motivos de Apple para permitir los arreglos caseros de sus productos
La empresa tiene que ceder en sus estrictas normas para cumplir con Europa y con sus propios reglamentos medioambientales
Apple ha tenido que doblegarse ante las voces que pedían que sus productos pudieran ser manipulados por sus dueños. La compañía de la manzana siempre ha sido muy celosa de sus iPhones, iPads o Mac y no ha permitido que nadie metiera la mano en sus creaciones.
En España Ktuin y, desde hace unos meses, Media Markt son los reparadores oficiales de productos de Apple. Cualquier otra modificación suponía perder la garantía y, lo más sangrante, perder prestaciones como el True Tone o el Face iD. En este caso Apple ha tenido que validar un cambio en iOS 15.2 para que, aunque se cambien pantalla en el servicio técnico no oficial el iPhone pueda seguir ofreciendo este servicio.
Desde Cupertino tienen muchas razones para permitir la reparación de sus productos, aunque eso los lleve a futuros litigios porque no todos los usuarios tendrán conocimientos para desmontar la tecnología y volverla a ensamblar sin que sobren piezas. Según la empresa, tienen que ser «usuarios técnicos con el conocimiento y la experiencia para reparar dispositivos electrónicos».
Europa aprieta
La guerra de Apple con la Comisión Europea vive un periodo de entreguerras. Francia obliga a incluir auriculares en los iPhone y el usb-c quiere ser una imposición para todas las compañías en sus futuros móviles. También habrá problemas con la carga inalámbrica de Apple.
En 2020 Europa aprobó el derecho a reparar y obligó llevar a cabo esta norma con opciones «más atractivas, sistemáticas y rentables, ya sea ampliando garantías, proporcionando garantías para las piezas reemplazadas o mejor acceso a la información sobre reparación y mantenimiento».
Medio Ambiente
Apple dice que tiene un plan para cuidar el medio ambiente. Hasta dedican parte de su web a explicar que ya son neutros en carbono y que en 2030 lo serán todos sus productos. Se suma a la moda de las textiles de utilizar menos agua en fabricar sus prendas, por ejemplo.
Aseguran que el corazón del iPhone es de componentes reciclados, que gastan menos energía y que consiguen pocas emisiones de CO2.
Este objetivo no va a alineado con inutilizar sus teléfonos y que el usuario opte por comprar otro antes que llevar a cabo un arreglo que puede rondar los 500 euros en un iPhone. Mucho menos si no permite algo tan sencillo como aplicar la RAM a sus Mac en casa.
Obsolescencia programada
Aunque el software de los productos de Apple no se va a poder manipular, es posible alargar algo más la vida útil de un iPhone si se cambia la batería o se limpia. Desde Cupertino seguirán enterrando sus dispositivos más antiguos cuando lo crean conveniente, pero ahora abren la puerta a que se lleve al limite esa vida y se exprima al máximo el dispositivo.
Basura digital
Cables, baterías, cámaras, móviles, ordenadores… las montañas de basura digital que hay repartidas por países del tercer mundo son cada vez más preocupantes. Si Apple es capaz de poner en el mercado un kit de arreglo de sus dispositivos contribuirá a rebajar esas torres de tecnología.
Apple tenía motivos para saltarse sus normas. Pero nada de lo que hace esta compañía sale gratis. Si no consigue doblegar a Europa, reducirá las exiguas garantías en sus productos cuando sean manipulados o ganará dinero con las piezas de reparación. Si es que las encuentran en un mercado en escasez permanente.