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Nadal también le ganó a la IA en la final de Australia
El español destrozó los datos del Big Data que le daban como perdedor casi seguro ante Medvédev
Los algoritmos no lo pasan mal. Ni se sonrojan cuando hacen el ridículo. El Big Data que recopila todos los datos que mueven el mundo también quiso su minuto de gloria en la final del Open de Australia.
El deporte empieza a ser un cúmulo excesivo de datos y estadísticas. Una rémora del deporte americano, en concreto del béisbol, donde todo se mide. Incluso en el baloncesto los porcentajes también ponen sopor a ese deporte y no dejan margen para la sorpresa.
El CIS de la ATP
Aunque la tecnología quiera hacernos creer que el deporte está escrito, hay veces que pasan cosas como la de la final que jugó Nadal ante Medvédev en Melbourne. Una especie de CIS de Tezanos en versión aussie.
La realización del partido ofreció durante varios momentos una imagen que habían elaborado gracias al Big Data. Se trataba de explicar al espectador que Medvédev iba a arrasar. La previsión de victoria era de un 96% para el ruso y un 4% para Nadal después del 2-6, 6-7, justo cuando Medvédev hacía el 0-1. Antes del partido, los datos decían que levantaría el torneo con un 64% de posibilidades.
Esos datos los intepreta una inteligencia artificial que no sabe de rendimiento directo, ni conoce cómo gestionan los deportistas la derrota y la victoria durante el juego, tampoco sabe del cansancio o mide las lesiones. Es evidente que lo de Nadal sobrepasó todos los límites que puede marcar la tecnología y dio la vuelta a ese 4% para ganar el partido.
El dato ha llegado al mundo del deporte. La liga española también emplea tecnología punta desarrollada por Microsoft para explicar qué opciones de gol tiene cada futbolista en una jugada concreta. Pero no cuenta con un césped levantado o una ráfaga de aire. En Australia la tecnología no contaba con Rafa Nadal.