Historia
¿Quién es Max Schrems? El hombre que puede provocar que Meta cierre en Europa
El abogado austríaco que comenzó en 2010 su batalla contra Facebook ha conseguido que la empresa amenace con dejar Europa
«Que les jodan a los europeos». Esa frase provocó en Max Scherems (Salzburgo, 1987) que se encendieran todas las alarmas como ciudadano europeo y como abogado. Alarma tiene su génesis en «a las armas». Y así empezó a batallar contra Facebook y esos señores de negro que a principios de los 2000 se presentaron en la universidad de Santa Clara (California, EE. UU.) donde asistía a clase para mofarse de las multas que imponía Europa a Facebook por saltarse las leyes de privacidad. Eran expertos legales de Amazon y de Facebook a los que nunca les salió tan cara una charla.
Schrems volvió a Austria y se puso manos a la obra para demostrar aquella hipótesis que los hombres de Facebook habían escupido sobre los cerebros de los estudiantes. Hizo una petición a Facebook para que le proporcionaran todos los datos que guardaban sobre él. A las pocas semanas recibió un CD con más de 1.000 páginas de su vida en la red social desde 2008.
El protagonista de la historia descubrió todo tipo de violaciones de leyes e interpuso 22 denuncias en Irlanda, el país donde tiene la sede Facebook. Alí había situaciones tan descontroladas como una conversación que figuraba como eliminada y no lo estaba realmente. También descubrió algo mucho más grave: Facebook sumaba a sus bases de datos los contactos de Schrems cuando sincronizaba su agenda, es decir, nuevos usuarios sin consentimiento de estos.
Facebook pide clemencia
En ese momento, su caso saltó a los medios y poco a poco se fue desencadenando una tormenta perfecta contra los abusos de Facebook. La Unión Europea presentó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y el TSJUE sentenció contra el escudo de privacidad que permitía el trasvase de datos de ciudadanos europeos rumbo a Estados Unidos.
Scherms consiguió remover conciencias y empujó a los políticos a crear leyes. En 2022, Facebook tiene que pedir clemencia a su propio gobierno para que negocie con Europa la vuelta de ese escudo o una política de datos más leve que le permita seguir exprimiendo el big data europeo.
Un austríaco en una universidad de California escuchando a unos altaneros abogados de Facebook vanagloriarse de saltarse las normas europeas.