Cinco motivos para alquilar tecnología sin arruinarse

Pagar una mensualidad por tener acceso a móviles de más de mil euros, ordenadores de dos mil o dispositivos que solo queremos para un verano ya es posible. La obsolescencia programada es historia porque la vida útil de los productos nunca llega a agotarse. Cambiamos de móvil cada tres años y el gasto medio ronda los 800 euros. Las compañías conocen los hábitos y son capaces de elaborar métodos para que cambiemos de modelo cada año y nos gastemos más de mil euros sin darnos cuenta.

Apple ya planea que los usuarios paguen una suscripción mensual para tener siempre el último iPhone. Samsung también incluye ese sistema y empresas como Grover son pioneras en ofrecer el alquiler de cualquier producto de tecnología por periodos que van de tres meses a 18.

Comprar sin dinero

Alquilar tecnología o suscribirse a un plan de pagos supone para el comprador disponer de la última tecnología sin descapitalizarse en el momento de la compra. Esta democratización permite, por ejemplo, alquilar un MacBook Pro por 94 euros al mes durante 18 meses y luego devolverlo sin compromiso. Apple permitirá acceder a sus últimos iPhone por una cuota mensual fija y cambiarlo cada año.

Productos protegidos

Apple da la opción de activar el Apple Care cuando se compra cualquiera de sus productos. El mismo sistema lo implementa Samsung. Un seguro que cubra la mayoría de los desperfectos y donde el usuario sabe que arreglarán su dispositivo en un servicio técnico oficial. Las empresas de alquiler también protegen la tecnología, en el caso de Grover al 90 % de cualquier daño, pero no está incluido el robo.

Últimos modelos

Samsung lleva dos años asegurando a sus compradores que tendrán el siguiente terminal antes que el resto si compran mediante el modelo de suscripción. Apenas le dan opción a valorar lo que tiene la competencia. Apple ha elegido ese proceso porque las marcas chinas empiezan a hacer sombra a sus productos incluso mediante copias de diseño. Los usuarios que alquilen tecnología pagan una cuota durante 12 meses y al año devuelven el producto y empiezan a pagar por el nuevo modelo del mismo producto.

Mentalidad

Los modelos de suscripción o de alquiler dependen de la mentalidad del comprador. Pagar mensualmente una cantidad puede suponer un agujero económico si se junta a otras suscripciones, pero, a la larga, nunca se desembolsa la cantidad total por el producto y siempre se dispone de un modelo nuevo.

En el caso del alquiler, las empresas que fijan una cuota lo hacen con los gastos del seguro incluido, es decir, que si el cliente acaba comprando el producto pagará una media de 200 euros más al final del periodo. Aunque todo ese tiempo lo habrá tenido asegurado.

Medio ambiente

El alquiler o la suscripción evita la producción desmedida de tecnología a la que se enfrenta el planeta. Compañías como Apple ya reducen su huella de carbono, pero colaboran a elevar las montañas de basura tecnológica, aunque intenten reciclar sus propios modelos. Una cuota mensual supone devolver el producto y que sean compañías como Samsung o Apple las que reciclen sus componentes de una forma segura. En el caso del alquiler, la tecnología tiene un nuevo uso cada vez que un cliente devuelve un producto. Desde Grover aseguran que tienen circulando por Europa una GoPro que ha pasado por 26 clientes en un año lo que implica que se han dejado de fabricar 25 nuevas cámaras.

El futuro de la tecnología pasa por los micropagos bien sea por suscripción o por alquiler. Una novedad que permite acceder a más modelos con una cuota fija y prolongar los usos durante más tiempo y a más clientes.