Redes sociales
Radiografía de Twitter: los dos problemas que frenan su negocio
Dos expertos analizan el presente y el futuro de la red social para convertirse en un negocio viable
Si desaparecen todas las tramas económicas que hay detrás de la compra de Twitter por parte de Elon Musk, nos encontramos con un negocio mejorable que podría aportar mucho más valor a sus dueños y a los usuarios.
«Twitter no va a caer en decadencia si arregla los problemas que tiene. Es la red social por excelencia para informar, la que compite con los medios en cuanto a la rapidez». «Twitter nació como una red para compartir información, primero de conversación y ahora es algo mucho más complejo».
Dos frases de dos expertos. La primera la firma Jorge García, fundador de Marketing Pardise, experto en redes sociales, marketing digital y comunicación. La segunda es de José Antonio Alguacil, CEO de IlusionLabs y experto en comunicación.
Algoritmo
Los dos afrontan el reto de analizar la radiografía de Twitter para poner sobre la mesa sus problemas y aportar soluciones. Una forma de entender que la entrada de Musk no es solo un acontecimiento económico.
El algoritmo y los bots son los dos grandes problemas que pueden lastrar a Twitter si nadie toma medidas.
Jorge García toma la palabra y se anima a explicar las quejas que hay sobre el timeline de Twitter desde hace un tiempo. «La gente se queja de que ve tuits de gente que no sigue y que no le interesa. La gente se encuentra más ruido que contenido. Puedes tener una lista perfecta, pero si alguien que tu sigues retuitea a otra persona, lo ves. La gente no quiere esas reacciones. La configuración que dejas al algoritmo es peor que la tuya».
Si el algoritmo no tiene sesgo ni manipulación, Twitter va a ser más importante
José Antonio Alguacil asegura que «la conversación se regula por algoritmos» y añade que «el código abierto es lo más radical y lo más importante. Si el algoritmo no tiene sesgo ni manipulación, Twitter va a ser más importante. Si la comunidad genera evoluciones de la aplicación, tendrá más desarrollo». «Será una red social autocontrolada», explica.
Elon Musk ha sido claro y directo sobre este asunto. Ha dedicado dos tuits para aconsejar a los usuarios que ordenen su feed de forma cronológica y no lo dejen en manos del algoritmo. Una declaración de intenciones cuando la auditoria sobre las cuentas falsas le permitan tomar el mando.
El otro problema son los bots, las cuentas falsas o interesadas en derivar las conversaciones o crear una falsa conversación. Esta práctica tiene rango de negocio y hay empresas dedicadas al Astroturfing.
Para Alguacil, eliminar los bots «es un trabajo arduo y complejo» y sobre la futura verificación obligatoria añade que «si tienes que hablar con nombre y apellidos te lo piensas dos veces».
Optimizar ingresos
De aquí pasamos a una vía de negocio por explotar y en la que Musk quiere entrar de lleno aprovechando la decadencia de Facebook. Si es que la hay. Jorge García asegura que «la decadencia de Facebook es relativa. Decadencia en crecimiento, la gente más joven no entra en Facebook. Pero los más mayores sí que están y no tienen otra alternativa. Facebook se va a estancar, pero los que están no se van a ir».
Twitter es el tabloide del siglo XXI por excelencia y tiene una capacidad de influencia brutal
Dando por buena esa premisa hay que buscar cómo quiere optimizar los ingresos de Twitter Elon Musk. José Antonio Alguacil no duda de que «si las instituciones y las empresas tienen que pagar para representarse, habrá mucho dinero en juego». Esta regulación tuitera tiene un reverso casi tenebroso porque «muchos países tienen pánico. Es el tabloide del siglo XXI por excelencia y tiene una capacidad de influencia brutal», apunta Alguacil.
García reflexiona sobre las cuentas falsas, la publicidad y la monetización. «Se dice que, si no has pagado por el producto, el producto eres tú. Para las empresas existe el problema de que Twitter no llega a una audiencia con una determinada segmentación porque es complicado que la gente se identifique. En Facebook, por ejemplo, sí lo están» y revela que «es complicado que se acierte con la segmentación de la publicidad porque Twitter no ha identificado a sus usuarios».
Alguacil lo resume en que «el algoritmo es interesado. Si soy un anunciante y quiero lanzar algo, puede que no me interese».
Propuesta de valor
Un ejemplo básico para entender la capacidad de mejora de Twitter lo expone Jorge García «el alcance que vas a tener con 1.000 euros en Facebook es dos o tres veces superior al de Twitter con la misma inversión. Si un clic en Twitter me cuesta 0,27 euros y en Facebook 0,12 euros y eso lo escalamos a miles de tuits, las cuentas no salen».
Aquí es donde Elon Musk tiene que conseguir que Twitter tenga una propuesta de valor real y merezca la pena invertir. Y todo ello sin cambiar la naturaleza de la red social. No solo se trata de corrección política y de dinero. Hay un negocio por explotar.