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Santi Millan y Rosa OluchaGTRES

Código Penal

Compartir el vídeo sexual de Santi Millán es el gran delito del que nadie habla

Un video del actor con otra mujer ha avivado la polémica de la desprotección en las redes sociales

Al actor Santi Millán no le pasa esto por grabarse. Tampoco a Olvido Hormigos, ni a Paris Hilton o a Víctor Sánchez del Amo. Grabar un video donde dos personas adultas mantienen relaciones sexuales consentidas no es ilegal, aunque pueda ser moralmente reprochable, no cabe duda.

El problema con el video donde Santi Millán donde aparece manteniendo relaciones sexuales con otra mujer que no es su pareja Rosa Olucha, directora de programas de televisión, es cómo ha llegado a la esfera pública y por qué hay gente difundiéndolo entre chascarrillos sin saber o sin querer saber que están cometiendo un delito.

El artículo 197 de Código Penal es claro con este asunto en el apartado uno:

Artículo 197.1

El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.

Y en el apartado tres:

Artículo 197.3

Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años si se difunden, revelan o ceden a terceros los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas a que se refieren los números anteriores.

La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como «sí es sí», tiene en su deficiente redacción un párrafo donde aclara que conlleva «multa de uno a tres meses a quien, habiendo recibido las imágenes o grabaciones audiovisuales a las que se refiere el párrafo anterior las difunda, revele o ceda a terceros sin el consentimiento de la persona afectada».

Trabajadora de Iveco

Las leyes están escritas, solo falta que se cumplan o que se hagan cumplir. Lo primero es más fácil, lo segundo es casi imposible porque es inviable saber dónde está el origen del robo del video a Santi Millán y quién empezó a difundirlo.

El actor ya ha comentado que «se ha cometido un delito» para poner el foco en este suceso y no en las imágenes que, por otro lado, también han suscitado todo tipo de comentarios. Otra de las graves consecuencias de la difusión de videos sexuales sin consentimiento. Verónica, la trabajadora de Iveco que se quitó la vida tras la publicación de un contenido similar al de Millán, tuvo que leer todo tipo de comentarios vejatorios y humillaciones lo que la llevaron al suicidio dejando marido y dos hijos.

La ley es clara y protege al agredido por la difusión de estas imágenes sin consentimiento. Igual que lo protege del robo con el se han sustraído las imágenes.

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Desprecio a la sociedad católica

Hasta aquí todo discurría por los derroteros de los problemas legales hasta que Rosa Olucha, la pareja de Millán ha decidido tomar la palabra y arremeter contra todo. Olucha defiende una relación basada en «la libertad, el respeto y la tolerancia» y asegura sentir «pereza» cuando «la mayoría se apiada de las mujeres con el clásico 'pobrecita que no se enteraba' o 'qué imbécil que se lo permitía'» en referencia a los comentarios que hablaban de infidelidad. El alegato progre para salvar los muebles de su relación aparece con un «Mierda de sociedad católica y patriarcal». Es evidente que Olucha prefiere culpar del acto a la sociedad antes que a su pareja.